Jaipur, India – La ciudad rosada

Por: Pilar Balcázar
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jaipur, rajasthan, india

Continuando el relato de nuestro viaje a la India, Jaipur fue la tercera ciudad que visitamos. Allí viven los padres de Sam, esposo de Anku, nuestros guías, cuya familia entera nos atendió como anfitriones. De nuevo sentimos la intensidad de su respeto familiar, la sabiduría de los mayores, la apertura al visitante y el deseo de agradar y comprender las diferencias que nos ayudan a crecer. 

Jaipur*, la capital del estado de Rajasthán, es una ciudad grande, con carácter, mucha historia y lugares hermosos por conocer. La llaman la ciudad rosada porque la construyeron con estuco rosado y a comienzos del siglo XX, para recibir al entonces príncipe de Gales, volvieron a pintar las edificaciones de color rosa.

El primer día desayunamos solo frutas porque estábamos invitados a una clase de Sujok, ciencia ancestral de sanación ‒una terapia alternativa‒, que utiliza presión en las manos y en los pies para que te sientas mejor. La clase nos la dio la mamá de Sam: es uno de sus hobbies.

Aprendimos, practicamos y, en un día, empezamos a ver los resultados. Recordé que en cada pie y en cada mano están las terminaciones nerviosas conectadas con cada órgano de nuestro cuerpo. Por lo tanto, puedes percibir en tu pie tu sistema digestivo, reproductor, respiratorio, etc. Quedé muy interesada por aprender más. Ya lo verán… 

Ceremonia de Bienvenida con el fuego

Después de la clase llegaron los tíos y el papá de Sam y empezó la ceremonia del fuego, como celebración de bienvenida. En el medio de un salón de su casa fuimos prendiendo poco a poco el fuego hasta que la madera adquirió color rojizo, fundiéndose en una sola llama y dándonos un poco de calor, pues era una mañana bastante fría para mi piel. Se agradeció al Creador y se pidió por luz y mucha salud para el mundo que está pasando por un momento muy frágil. Fue una ceremonia grandiosa, con muchos mantras, donde todos participamos, hablando perfecto inglés. La comunicación fue muy buena y me sentí bilingüe.

Luego nos sentamos a disfrutar un brunch. La mesa estaba muy bellamente dispuesta, con su juego de vajilla que quizás era para recibir a la visita. Ellos nos atendían y pasaban una variedad de manjares nativos para que probáramos de todo. ¡Se sentía muy bonito! Love is in the air. No podía creer tanta atención y variedad. Fue una sensación que agradecí en silencio. Estábamos en medio de una familia india, compartiendo unas costumbres de una manera muy profunda. Di gracias una y más veces. Pusieron el picante aparte (Anku ya conocía mi flojera con lo picante) para que yo probara de todo. ¡Qué delicia, qué sabores, qué olores, qué texturas! Y ellos caminando alrededor de nosotros, pendientes de cada detalle. ¡Que experiencia tan única vivimos ese día!

Salimos con “barriga llena, corazón contento” a conocer la ciudad. La primera parada fue en el observatorio Jantar Mantar, que mandó construir el rey en 1734 porque quería explorar todo lo que pudiera verse en el espacio: planetas, estrellas, constelaciones. Deseaba también crear un horario, un calendario y hallar su relación con los signos del zodiaco. Por eso, decidió levantar la ciudad alrededor del punto más exacto del “Reloj del Sol”.

Observatorio Jantar Mantar

Caminamos después al centro, hacia el Hawa Mahal, un palacio lleno de ventanas, como de juguete. Lo utilizaban para venir a meditar, subir y deleitarse con la vista, mientras el viento se colaba por cada espacio y cada ventana. Solo era para eso: ¡para alabar al viento!  

Palacio de la ciudad- Hawa Mahal- Jaipur

Nos desplazamos luego al palacio Amber y al Nahagar Fort, una fortaleza localizada en una montaña. De lejos se veía cómo la muralla china…  Muchos kilómetros: así, tal cual. No sé por qué este lugar no es más conocido. El mundo tiene que saber más de más este subcontinente asiático. 

Tomamos un jeep para subir a esa montaña, por calles estrechas y con la oportunidad de ver monos en su salsa. De repente, ¡un ruido encima de nuestra cabeza! Eran ellos, los micos, saltando y jugando de un lado a otro. Son famosos y además ladrones. Les gusta llevarse las gafas de los turistas. Llegamos al castillo y de ahí, a caminar y subir para observar la belleza de su construcción y la vista panorámica de Jaipur. 

Nahargarh Fort – Jaipur

Almorzamos un poco tarde en un restaurante. ¡Nos sentimos en el siglo XV! ¡Qué atención, qué comida tan deliciosa y qué postre!  Los meseros nos invitaron a conocer la casa que usan para atender invitados muy especiales. ¡Todo de plata! Sillas, mesas, adornos, copas, cubiertos como para asombrarse de verdad: bello, ¡bellísimo!

Once upon a time restaurant- Nahargarh Fort

Bajamos cuando caía la tarde. Terminada la aventura, nos llevaron de compras. Teníamos que regresar con un atuendo indio… Llegada la hora de cenar, todo me pareció exquisito. ¡Me estaba enamorando de la riqueza de sabores de la India!

* El sufijo pur, frecuente en el nombre de ciudades indias, suele significar asentamiento, ciudad, fortaleza o castillo.

Pilar Balcázar

Marzo, 2020

8 Comentarios

John Arbeláez 31 diciembre, 2020 - 11:22 am

Excelentes tus narraciones Pily sobre esos viajes fantásticos que han realizado. Se me llena el pasaporte de envidia. jejeje

Felicitaciones!!! Abrazos mil

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Pilar 18 febrero, 2021 - 10:45 am

Graciassss??

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Humberto Sánchez Asseff 2 enero, 2021 - 6:04 pm

Qué experiencia tan interesante. Igual que John, una envidia de la buena. Gracias por hacernos partícipes.

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Pilar 18 febrero, 2021 - 10:45 am

Me gusta que les guste ??

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Marcela Olivas 18 febrero, 2021 - 6:13 am

Pilar, qué hermoso tu relato, me muero por iR ALLÍ¡.

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Pilar 18 febrero, 2021 - 10:45 am

Me cuentas y te ayudo a planearlo ??

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Gloria Joya 22 febrero, 2021 - 8:26 pm

Pily, que bonito leerte… y lo hice en voz alta para Dani, quien recreo su visita a Jaipur con tu relato. Coincide contigo, en que debe ser más conocido el Amber Fort, una de las maravillas de la India. Y mientras se me da conocerlo, seguiré mi recorrido a través de tu mirada….. Saludos.

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Pilar 22 febrero, 2021 - 10:23 pm

Todavía tengo en mi memoria aquella foto de Dani en una puerta, y le dije “quiero ir allí” Y así fue. Me alegra que la haya devuelto a sus recuerdos y a ti antojado de estar allí. ❤️

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