Hace poco, en varias tertulias virtuales de exjesuitas, fuimos testigos de la enorme riqueza y diversidad vivencial de dar testimonio de lo que creemos, sobre lo que para algunos es la espiritualidad. Si fue tan rico y diverso entre 35 personas, abrimos el blog para recibir de usted sus vivencias.
Es ese reflejo de las instituciones que, cuando son atacadas, desvían su mirada hacia los miembros, para salvar su cuerpo. La charla del Papa con los jóvenes me provocó estas dos visiones referidas directamente al caso del encubrimiento de la pederastia en la Iglesia.
Cuadro 1.
El año pasado, en el marco del trabajo de la Comisión de la Verdad, Pacho De Roux le envió una carta al general Eduardo Zapateiro, entonces designado por el Presidente de la República, Iván Duque, como comandante del Ejército Nacional de Colombia, diciéndole, entre otras cosas: “…lo sagrado no son las instituciones, ninguna; tampoco El Vaticano donde está el papa Francisco; tampoco el Ejército, ni la grandeza militar del Pentágono de los Estados Unidos, ni lo sagrado son las grandes empresas como Ecopetrol…lo sagrado es el ser humano”.
“Y hoy…los invito, simplemente como ciudadano colombiano, a seguir el ejemplo del Papa Francisco y del cardenal Rubén Salazar, cuando ante el abuso de niños por centenares de sacerdotes dijeron: ‘no son manzanas podridas; es una enfermedad del cuerpo de la Iglesia’. A partir de ese momento se cambió el comportamiento de la Iglesia: no se defendió más a los sacerdotes perpetradores cambiándolos de lugar u ocultándolos” (ese era el espíritu de cuerpo mal entendido que funcionaba entonces); “ahora se defiende a las víctimas, a los niños y a los perpetradores; la misma Iglesia los entrega, no a la justicia eclesial del derecho canónico, sino a la justicia civil y a la cárcel civil”.
Cuadro 2.
Aquí recordé lo que escribió Cristina Peri-Rossi en EL PAIS, sobre el tema: “El espíritu de cuerpo es el corporativismo, enfermedad crónica de empleados, funcionarios, profesionales y servidores de la nación, que se manifiesta, de manera eruptiva, cada vez que una parte del todo o sea, un miembro…recibe una crítica”.
“El espíritu de cuerpo…de cualquier institución, pública o privada (policía, ejército, medicina, psicólogos, administración de correos, etc.)…a pesar de su carácter intangible, posee un yo hipertrofiado, y, por eso mismo, frágil, susceptible. Cuanto más grande es el ego, con más facilidad (y a veces sin la menor intención) se le hiere. Es tan grande como inseguro: no puede encajar las críticas, la menor sospecha de merecerlas le crea una inseguridad insoportable”.
“Uno de los principios básicos (e inconfesables) del espíritu de cuerpo, es que cualquier crítica, por el mero hecho de haber sido expresada, es injusta. El espíritu de cuerpo es, por antonomasia, inocente. El espíritu de cuerpo se confunde concupiscentemente con cada uno de sus miembros: en un todo visceral”.
Y entonces, esta idea me quedó en el aire: ¿si continúan apareciendo historias de pederastas en la iglesia no será cierto que aún se cobijan bajo el espíritu de cuerpo que tanto mal ha hecho en la historia?
Jorge Luis Puerta
Mayo, 2023
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