¿Qué significa para mí la Navidad hoy?

Por: Vicente Alcala
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Mientras trataba de responder esta pregunta, recibí un chat de una sobrina con una crónica periodística extraordinaria y nostálgica que me transportó a los recuerdos de mis padres y abuelos. Hablaban personas de 80 y 90 años; el lenguaje, el acento, los escenarios, las costumbres, los pueblitos, las creencias, los nombres de las personas, los objetos, los recuerdos… aparecían con un realismo sencillo y espontáneo, que me conmovieron hondamente.

Aunque el relato de mi sobrina no se refería a la Navidad, me di cuenta de que me resultaba imposible separar el hoy del pasado. ¿Qué significa para mí la navidad en este momento? Sobresalen las relaciones: de nosotros, como padres, con nuestros hijos, y lo que fueron las relaciones con mis padres y mis hermanos.

Por ejemplo, algo tan simple como los nombres propios de esta temporada: el pesebre, el nacimiento o el belén…, sinónimos de la representación de la Navidad de Jesús… Y, en otro contexto, la novena, los regalos, los buñuelos y las natillas, el árbol, sus arreglos, el ajiaco. 

Hay, entonces, cosas y detalles que van cambiando, mientras existe un trasfondo permanente. Cuando pequeños nos dedicábamos a hacer el pesebre: todo un pueblito o casi comarca, con las casitas de cartón, los ríos de papel de plata y hasta agua corriendo, las ovejas, las gallinas, la mula y el buey; los reyes magos que se iban acercando día a día; san José y la Virgen, junto al pesebre, todavía vacío hasta el 24 por la noche. Y ese día, en la cena, antes o después de la “Misa del Gallo”, con sus villancicos, la comida preparada con cariño, la reunión familiar y los postres y golosinas de la época. 

Toda una experiencia, con el peligro, sobre todo hoy día, de ocultar o envolatar el significado de la fecha: el nacimiento del niño Jesús o el niño Dios, según la forma de nombrarlo.   

En el trasfondo de los festejos y celebraciones, del ambiente alegre y familiar, de las costumbres y tradiciones cambiantes, se oculta un misterio, un acontecimiento trascendental que parte la historia, al menos occidental, en dos: tanto que se cuentan los años como antes y después de Cristo. Eso, por fuera, en el tiempo y el espacio…, pero por dentro, tanto ayer como hoy, el significado profundo de la navidad es la Encarnación del Hijo de Dios.

Estamos acostumbrados a recitar este misterio, pero nos quedamos tratando de comprender qué significa. Ya no basta la reflexión, sino que la fe nos ayuda a encontrar el sentido de esta fecha o, mejor, de este hecho histórico y trascendente a la vez: Jesucristo nos revela a Dios Padre que lo envía al mundo, primero a Él y, complementariamente, a su Espíritu. 

La encarnación del Hijo de Dios es incomprensible en sí misma. Lo que sí podemos comprender es la manifestación de Dios en el Jesús histórico de Nazaret y en el Jesucristo resucitado y viviente en la historia y en la comunidad humana. 

La Navidad hoy significa para mí el nacimiento histórico de Jesús como hijo de María, y el comienzo de la plenitud de la Revelación progresiva de Dios en la historia. 

Vicente Alcalá Colacios    

Diciembre, 2021

2 Comentarios

Hernando+Bernal+A. 18 diciembre, 2021 - 6:51 am

Vicente: toda reflexión sobre la encarnación del Hijo de Dios, que a su vez se calificó a sí mismo como “el hijo del hombre” es realmente un llamado a tratar de comprender un Misterio. El misterio de Dios hecho hombre, es decir del creador que se hace a la realidad de la criatura. Gracias por hacernos reflexionar sobre este tema que es crucial para fundamentar nuestra fe. Saludos. Hernando

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César Vallejo 20 diciembre, 2021 - 8:16 pm

Jesús, su Afirmación como Hijo de Dios, su Vida, su Mensaje… es lo real, lo indiscutible, lo que nos ha sido “dado”, en nuestra cultura, el puente inspirador y firme de nuestra relación con Dios… En verdad Vicente, es lo que celebramos en Navidad, “su nacimiento histórico como hijo de María” y la continuidad de “la revelación progresiva de Dios en la historia”.
Mil gracias por recordárnoslo y un abrazo,

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