¿Marionetas de “las bodegas” de noticias falsas (fake news)?

Por: Dario Gamboa
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Cuando estudiaba Comunicación social en la Universidad, muchas veces nos explicaron que el objetivo de la comunicación se lograba, no cuando la persona ‒origen de la comunicación‒ enviaba su mensaje a través del medio que escogiera, sino cuando el receptor demostraba que sí había ocurrido esa comunicación a través de una reacción, física o verbal. Hoy pareciera que el objetivo fuera causar controversia, rabia, ofender y mentir como estrategia para lograr una reacción emocional. ¿Seremos las marionetas de esas estrategias?  

Hasta no hace mucho tendíamos a juzgar talvez inocentemente que todo lo que venía de los medios tradicionales de comunicación “debería ser verdad”. Las opiniones sobre los hechos informados se generaban en nuestra mente gracias a la pluma o la perspectiva del reportero o autor del artículo del periódico de nuestra preferencia, de la revista especializada, de la radio o del canal de televisión favorito, que nos transmitían los últimos acontecimientos sociales, políticos, culturales o económicos del quehacer diario del país y del mundo. Muchas veces ni pensábamos si lo que decían era o no verdad, pues todos ellos nos merecían un gran respeto y confianza por la institución que las comunicaba. Nuestra mente podía confiar en todos o casi todos.

Con el correr de los años y el advenimiento de las redes sociales, dada nuestra limitada capacidad con los aparatos electrónicos, propia de nuestras edades, nos llega rápidamente la informacion después de haberla recibido a veces hasta de nuestros hijos y a veces hasta de los nietos, y la vemos porque no queremos quedar aislados de la sociedad y hasta de la familia. Tuvimos que montarnos en ese tren de la comunicación rápida y casi instantánea de los correos electrónicos, los wasaps, tuits, facebooks, messengers, instagrams, linkedins, tiktoks y casi de inmediato ingresamos (o nos ingresaron) a múltiples cadenas –ahora llamadas chats– de amigos del ayer, compañeros de colegio o de universidad, colegas de trabajo, etc. 

En este mundo de la hipercomunicación, a través no solo de los medios tradicionales (prensa, libros, revistas, radio, televisión, cine), sino sobre todo de esas redes sociales que nos invaden, la confusión y la variedad de noticias nos llegan con frecuencia inesperada, de fuentes múltiples y pareciera que no tuviéramos suficiente tiempo para –como dice un amigo mío– “tratar de beber agua como si proviniera de la boca de una manguera de los bomberos” y muchísimo menos intentar filtrar esa información.

Así comenzó la cantidad de mensajes que inicialmente nos perturbaban, anunciando su llegada, hasta que aprendimos a silenciar y ver solo cuando la curiosidad o la necesidad nos lo dictara… Pero llegaron los mensajes de las campañas políticas, primero en Estados Unidos y luego en casi todos los países, cuyas redes sociales fueron utilizadas, compradas y manipuladas por distintas corrientes políticas… Y ahí empezó la debacle. Comenzaron a llegarnos mensajes escandalosos, casi siempre contra los políticos de turno, ¡por quienes estábamos pensando votar…! ¡Qué curioso! ¡Los mensajes eran increíbles! Nos producían repugnancia, asombro, desconcierto y, claro, nos hacían dudar y a veces cambiar de opinión sobre nuestros políticos favoritos… Todo esto creó furia, desazón, intranquilidad… –y eso que nos los enviaban familiares y amigos–. Entonces, surgieron las divisiones, varios conocidos se salieron de las redes, esa amistad o relación familiar comenzó a resquebrajarse, pues lo que transmitía mi amigo, mi familiar, estaba en contra mis valores o de mis creencias.

Un amigo me envió hace poco un informe muy interesante sobre el modo como se fabrican esas noticias falsas que tienen como objetivo desinformar, desviar la atención, crear desacuerdo; en otras palabras –como decía algún político colombiano– hacer que los electores salieran “emberracados” a votar contra esta u otra alternativa, no a favor de alguna propuesta o candidato¹. 

Recientemente, el asunto de las fábricas o bodegas de noticias falsas me llegó en otro artículo que claramente nos impactó a muchos de nosotros. Se nos demostró cómo se construyó una estrategia coordinada de noticias falsas creadas por varios grupos políticos del país, a través de muchas redes sociales, contra nuestro gran amigo y compañero Francisco de Roux, acusándolo de muchísimas cosas y con una misión clara de desprestigiar su trabajo al frente de la Comisión de la Verdad. El enlace de esta demostración clara y evidente de los alcances de unas mentiras fabricadas contra Pacho puede verse más abajo².  

Uno se pregunta hasta donde hemos llegado en la manipulación de las mentes de muchas personas. Además, lo más grave y serio –y a veces entristecedor–, es seguir encontrando en muchas redes sociales y aun en nuestros grupos de chat de amigos, que son las mismas personas las que una y otra vez continúan siendo “marionetas” de esos creadores de noticias falsas, promotores del desastre, profetas de los apocalipsis que ya llegan, etc. Me pregunto muchísimas veces por qué insisten en hacerlo.  

¿Será una necesidad de su personalidad negativa que quiere “contagiar” a sus amigos de sus temores y ansiedades? ¿Será que pretenden hacerme o hacernos cambiar de opinión para que pensemos igual que ellos? ¿Será que necesitan demostrar que su verdad es la única que vale y que eso que están publicando, la mayoría de las veces sin verificar la autenticidad de lo que reenvían, es una ayuda para “los pobres ignorantes” de sus amigos? O, simplemente, ¿es un afán constante de “permanecer vigentes” ante un determinado grupo para recordarle que su preferencia política es la correcta y que por ella debemos votar en el futuro? 

¿O será que han (hemos) caído sin darnos cuenta en las redes de quienes nos utilizan como sus multiplicadores, como los “idiotas útiles” de los cuales hablaba Lenin, que cooperaban sin saber en la expansión del comunismo, solo que esta vez contribuimos a la expansión de algo verdaderamente falso, manipulado por ideologías radicales, como marionetas, tanto de la derecha como de la izquierda política?

Entonces, ¿cómo recuperar el derecho a tener informaciones serias de fuentes confiables y comprobadas en este mundo en el que cualquiera se convierte instantáneamente en un “influencer” y en el que grupos políticos han decidido dividir a la población para conquistar los votos a su favor? ¿Qué pueden hacer las autoridades para controlar estos delitos infames contra el honor y el prestigio de otros, creados por esas maquinarias políticas que muchas veces tienen nombre propio? ¿Cuándo estos delitos empezarán a ser castigados? Varios amigos me han enviado los enlaces para aprender a hacerlo, para defenderme de esas informaciones maliciosas, para evitar seguir haciendo el papel de “marioneta” de otros y ser responsable con mis amigos y compañeros³. 

Mi única conclusión a las preguntas que he formulado es que YO SOY el único responsable de verificar la veracidad de lo que recibo y retransmito y que soy el único responsable de verificar que lo que envío contribuye a enriquecer a mis amigos y familiares. Mi regla de oro es esta: si es tan grave lo que denuncian, si me produce rechazo porque no me lo esperaba, debo verificarlo antes de apretar el botón de reenvío. Son muchos los casos que conocemos en los cuales tenemos que pedir disculpas por haber creado una disputa entre amigos o familiares por haber sido la “marioneta” de una noticia falsa que me utilizó para dividir y no para construir con mis conocidos y mi familia. 

Solo siendo responsable de lo que comunico, conseguiré el objetivo de transmitir verdades, de construir país, de compartir mis conocimientos, mi vida y el compromiso con el futuro de nuestros hijos y nuestras familias. 

__________________________

¹ Un informe muy completo puede verse en  https://youtu.be/Zsb8WWBWy2E

² https://colombiacheck.com/investigaciones/asi-se-movio-en-redes-la-narrativa-de-desinformacion-en-contra-del-padre-de-roux

³ Dos enlaces para ayudar a mis lectores al trabajo de verificar la veracidad de las noticias recibidas en redes sociales son estos: https://latam.kaspersky.com/resource-center/preemptive-safety/how-to-identify-fake-news y https://www.unicef.org/colombia/casicaigo

Darío Gamboa

Octubre, 2022

7 Comentarios

Rodolfo de Roux 27 octubre, 2022 - 3:15 am

Muy útiles tus reflexiones, lo mismo que los “enlaces” que nos sugieres. Gracias, Darío.

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Hernando+Bernal+A. 27 octubre, 2022 - 7:31 am

Darío. Muchas gracias por tus reflexiones. Esperamos que la racionalidad humana encuentre formas para superar la incertidumbre creada por las fallas de la comunicación en la era de las redes. Saludos. Hernando

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Dario Herrera M 27 octubre, 2022 - 8:34 am

Darío Excelente reflexión. Totalmente cierta la responsabilidad personal en lo que se comunica por medios públicos de alcance individual y con solo los filtros propios.

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John Arbeláez Ochoa 27 octubre, 2022 - 9:46 am

Excelente Darío,con las bodegas políticas nos sucede que peleamos con los que amamos por defender, cada uno, a los políticos que despreciamos…

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Luis Arturo Vahos 27 octubre, 2022 - 2:18 pm

Ayer hice mi rutina de caminante por uno de los parques más bellos de Bogotá (¨Parque de los novios¨). Me detuve fascinado a observar unos patos que disfrutaban de las novedades nutricionales dejadas en un gran charco formado después de los aguaceros de la semana. Movían sus picos a toda velocidad para filtrar el pantano y quedarse con lo que realmente les importaba: su comida. Deberíamos aprender de estos animales el arte de la discriminación. Las redes son un pantanal para quien llega a ellas esperando alimentar sus propias creencias, pero una oportunidad de comunicarse cuando se llega con mente abierta y cierta malicia jesuítica. Gracias Darío. Abrazos.

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Juan Gregorio Vélez 27 octubre, 2022 - 6:09 pm

Gracias Darío. Tocas un tema cultural actual bien complejo.
Me pregunto ¿Cuál es el requerimiento que está detrás de él? ¿Información? ¿poder? ¿entretención? ¿pertenencia? ¿comunicación? (tu tema inicial).
Y la siguiente pregunta es ¿cuáles son mis respuestas al mismo requerimiento? Intento a manera de ensayo comentar algunas respuestas que me sirven, por si acaso le pueden servir a alguien más:
1. Soy el dueño de los medios que uso. Por lo tanto, leo, oigo y veo lo que me parezca conveniente. Comienzo a ver el mensaje y si a los pocos segundos me huele mal, lo abandono. Algunos se mueren con su presencia inicial. Ni siquiera los abro.
2. Me comunico directamente con el interesado. Muchas veces me entero de acontecimientos de amigos a través de un mensaje en un grupo. No contamino ese grupo con mi comentario, se lo hago directamente a la persona en su cuenta.
3. Frecuentemente borro todo el material que se va acumulando en los diversos grupos, con ello ahorro energía del planeta y espacio en las memorias limitadas de mis medios. Si algún mensaje me parece valioso lo copio en una cuenta que llamo “para recordar”.
4. Soy consciente del uso del tiempo y por ello no dejo que me suene ninguna alarma que me distraiga por mensajes entrantes. Cuando quiero y puedo dedicarle tiempo a la revisión de mensajes lo hago, comenzando por los personales y si queda tiempo por los de grupos. Y entre estos, comienzo por los que tienen menos cantidad de mensajes acumulados. Los muy abundantes quedan de últimos en la cola y muchas veces se borran sin revisar.
5. Reconozco que hay personas que usualmente me agregan valor con lo que me envían. A sus mensajes les suelo prestar especial atención. Tanto si aparecen en algún grupo o directamente en mi cuenta.
En fin, espero haber aportado algo a alguien.
De nuevo, gracias Darío por plantear el tema.

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Gabriel Diaz 28 octubre, 2022 - 12:11 pm

Dario: muy interesantes tus planteamientos. Tenemos que colaborar para no nos invadan con mentiras .

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