Ante la dolorosa situación que atravesamos en Colombia decidimos manifestarnos. Por eso, les propusimos a quienes desearan hacerlo, que escribieran un texto breve al respecto.
Este artículo hace parte de la cosecha que obtuvimos.
La situación que hemos vivido en Colombia últimamente me preocupa mucho y me ha llevado a reflexionar profundamente y a buscar compromisos concretos para contribuir a superar positivamente esta realidad.
Creo con el Papa Francisco que no estamos en una época de cambios sino en un cambio de época, empezando a construir una nueva realidad hacia una mayor realización como personas y como sociedad, concretamente para nosotros la colombiana, a pesar de los acontecimientos de los últimos meses.
Todo cambio es difícil y complejo, como dice el Evangelio acerca del parto de la mujer para dar a luz un hijo, y más con la pandemia que nos ha sometido como especie, pero confío y espero que logremos un nuevo avance cuyos frutos los verán quienes vienen detrás, si ellos y nosotros nos comprometemos en esta tarea.
Personalmente oro y escucho al Papa ‒único líder mundial en este momento‒, a los pastores (Conferencia Episcopal de Colombia, arzobispos de Cali, Popayán, Medellín, Bogotá, etc.) de nuestra Iglesia, a religiosos y laicos, a cristianos lo mismo que a personas de otras religiones monoteístas.
Acabo de publicar el libro Reflexiones que nos inspiran paz, que se refiere a alcanzar, poco a poco, la paz consigo mismo, con la sociedad y con Dios.
Además, leo y me enriquezco con las publicaciones de los jesuitas (Herman Rodríguez, el Provincial, Pacho de Roux, el presidente de la Comisión de Paz, y otros) que son un modelo de compromiso para lograr la unión, el respeto, la solidaridad y la justicia en Colombia y en este mundo.
Creo también que hay que ser críticos con la avalancha de informaciones, la mayor parte de las veces sesgadas, que pueden confundir y llevar al negativismo y la confrontación.
Es saludable que los jóvenes vean como suyos los destinos de la patria y que se traduzca esto a nivel de las urnas, tanto como candidatos como votantes, pues la mayoría estamos cansados y desilusionados de los politiqueros y congresistas, salvo seguramente algunas excepciones.
Oremos y unámonos por nuestro país.
Julio Hidalgo
Agosto, 2021