El baile más popular en Calabria, Italia, es la Tarantela. Arañas grandes y negras amenazan con morder a los caminantes, que las evitan dando saltos que semejan un baile. De ahí nació la danza la Tarantela napolitana de Rossini.
Imaginé escenas de la Tarantela mientras releía La utilidad de lo inútil, el libro de Nuccio Ordine, profesor de la universidad de Calabria, que publicó hace unos años despertando la curiosidad de muchos lectores y el interés entre los humanistas.
Volví a leer fragmentos de su libro cuando conocí la noticia de su muerte en su tierra natal el pasado 10 de junio, como un homenaje privado y póstumo al filósofo e historiador que buscó con su libro proponer la paradoja de que lo útil no es aquello que produce beneficios materiales, sino lo que nos ayuda a hacernos mejores.
Citando párrafos iluminadores de los escritos de Montaigne, Víctor Hugo, Leopardi, Cioran, nos puso Ordine a reflexionar con frases como esta del dramaturgo Eugène Ionesco: “Es necesario que el arte sirva para alguna cosa. Yo diré que debe servir para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada pero que es indispensable que las haya”.
Aristóteles, decía que se comienza a filosofar movidos por el asombro. Y apuntaba: “No buscamos esta ciencia por ninguna otra utilidad sino que, así como llamamos hombre libre al que es para sí mismo y no para otro, consideramos la filosofía como la única ciencia libre, pues esta sola es para sí misma”.
Lo que escribía Montaigne sobre el tiempo que pasaba solo en su biblioteca es desafiante: “(Estudio) en este momento para divertirme; nunca por la ganancia”. Giacomo Leopardi decía con franqueza, que suena altiva: “Sucede así que lo placentero me parece más útil que todas las cosas útiles, y la literatura útil de una forma más verdadera y cierta que todas esas muy áridas disciplinas (la política y la estadística)”.
Nuccio repitió las preguntas del ignorante: “¿Para qué sirve la música? Para qué sirve el arte?¿Quién sería tan insensato para preferir a Miguel Ángel al inventor de la mostaza?”. En contra del objetivo utilitarista, Ítalo Calvino recuerda que los clásicos mismos no se leen porque deban servir para algo: “se leen tan solo por el gusto de leerlos, por el placer de viajar con ellos, animados únicamente por el deseo de conocer y conocernos”.
En las páginas de Ordine no podía faltar una crítica a las universidades, en especial las de Estados Unidos: en ellas, dice, se venden diplomas y grados, insistiendo sobre todo en el aspecto utilitarista. Ser mejor persona y cultivarse parece secundario.
Jesús Ferro Bayona
Junio, 2023
Publicado en El Heraldo, Barranquilla
3 Comentarios
Magnífico artículo sobre el que deberíamos meditar más continuamente para impulsar el pronto advenimiento de la utopía. Este enlace nos regala una de las últimas entrevistas con Nuccio Ordine.
https://ethic.es/2023/04/entrevista-nuccio-ordine-individualismo/#:~:text=Ordine%20defiende%2C%20con%20total%20determinaci%C3%B3n,%2C%20segh%2C%20%C2%ABsostener%C2%BB
Gracias, Chucho por recordarnos que el derecho a gozar de lo “inútil” es tan importante como cualquier otro derecho humano. y es el fundamento del desarrollo de las culturas.
Es muy cierto. En muchas universidades se estudian las maestrías, e incluso los doctorados, pues esos títulos representan un ascenso en el “escalafón”, y en consecuencia un mejor salario.
Pero lo que sin duda nos proporciona más placer son “los conocimientos inútiles”. Gracias Jesu por ese recordatorio.