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Envejecimiento saludable: oportunidades para los mayores (2 de 3)

Por Cesar Vallejo Mejia
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El artículo anterior destacó que la visión del envejecimiento ha venido cambiando en el último tiempo, que la vejez manifiesta la realización personal, intelectual y emocional alcanzada durante la vida y representa acumulación de experiencia, conocimiento y sabiduría como resultado del crecimiento personal. Ahora, el autor plantea las oportunidades propias de la época de la vejez.

III – Oportunidades para mayores

La proyección al Ser que define al ser humano se realiza de manera distinta en cada una de las etapas de su vida, aprovechando las oportunidades que ofrece cada una de ellas para avanzar en la tarea de convertirse en un mejor ser humano, de aproximarse más y “parecerse” más al Ser, en cada una de acuerdo con las características que les son propias. En palabras de Cicerón, “la vejez es laboriosa y lleva siempre algo entre manos con igual inquietud que en las etapas anteriores de la vida”¹.

Entendiendo el concepto de equidad como la igualdad de oportunidades en cada una de las etapas de la vida, cabe preguntarse cuáles son las oportunidades con respecto a las que debe haber igualdad entre quienes están en la etapa, cada día más prolongada, de la vejez. 

La conocida filósofa y escritora Martha Nussbaum enmarca la respuesta a esa pregunta en su “enfoque de capacidades” y hace la siguiente lista, refiriéndose a los ancianos²: poder vivir hasta el final una vida humana de duración normal; disfrutar de buena salud; poder moverse libremente de un lugar a otro; poder utilizar los sentidos, imaginar, pensar y razonar y hacerlo de forma “realmente humana”, cultivada por una educación adecuada; poder sentir apego por personas y cosas al margen de uno mismo; que la propia estructura emocional no esté arrasada por el miedo y la ansiedad; poder formarse una idea del bien y elaborar reflexiones críticas sobre la planificación de la propia vida (razón práctica); poder vivir con y hacia los demás, reconocer a otros seres humanos y preocuparse por ellos; implicarse en diversas formas de interacción social; poder atender y vivir con animales, plantas y el mundo natural; poder reír, jugar y disfrutar con actividades recreativas; control sobre el propio entorno: a) político, poder participar en decisiones políticas y b) material, poder disfrutar de derechos de propiedad en pie de igualdad con los demás.

De manera similar podemos identificar seis oportunidades principales, propias de la época de la vejez, que recogen parte de las que propone Martha Nussbaum en su enfoque de capacidades:

1- La libertad: autonomía como oportunidad

Durante la vejez debe poderse tomar decisiones sobre la vida personal en su quehacer diario y sobre el papel que se quiere cumplir en la sociedad. Es la oportunidad de seguir más claramente, con más convicción, la ley interior como guía del comportamiento ético y moral de la persona; la oportunidad de expresar libremente las propias convicciones y creencias.  Es también la oportunidad de afirmar y aprovechar el potencial de las diferencias individuales, la oportunidad de “moverse libremente” y de ser feliz.

2 – La razón: pensar como oportunidad

La vejez del ser humano representa la gran oportunidad de profundizar la reflexión y precisar el pensamiento sobre la vida y el mundo en el que se desarrolla, sobre las posibilidades y problemas que enfrenta cada persona en su proceso diario de crecimiento humano. Es la oportunidad de buscar la respuesta a las preguntas trascendentes que nunca se tuvo la voluntad o el tiempo de responder.

3 – El conocimiento: aprendizaje como oportunidad

La sociedad actual se caracteriza por un acelerado avance del conocimiento y por el desarrollo de herramientas de aprendizaje y de tecnologías de la información y, al mismo tiempo, reivindica las derechos individuales y sociales de las personas y comunidades y, entre ellos, el derecho a hacer del aprendizaje y la formación un proceso que se extiende a lo largo de la vida y hasta el último día.

Hoy se reconoce que la persona puede y debe aprender hasta en la mayor edad para adaptarse a una sociedad en permanente cambio y a las nuevas relaciones entre las personas, con las instituciones, entre las regiones y países, y con la naturaleza. Para lograrlo, es importante acceder a medios y contextos de aprendizaje, formales o informales³. “La educación sin límites espaciales ni temporales se convierte en una dimensión de la vida misma”.⁴

Está demostrado que las personas mayores tienen una amplia capacidad de aprendizaje y que su entrenamiento en habilidades cognitivas puede prevenir el declive cognitivo, el deterioro y la demencia.⁵ “De ahí aquella afirmación de Solón que aparece en un versículo de su obra: “Se envejece aprendiendo cada día muchas cosas. Pienso que no puede existir un placer mayor para el alma”⁶.

Además del aprendizaje de nuevas teorías y herramientas, que de por sí tiene posibilidades ilimitadas, el aprendizaje va unido a la formación humana (que tampoco tiene límites): realización personal, búsqueda de la verdad, pensamiento crítico, mayor libertad (adhesión al valor moral, diría Kant). En relación con el conocimiento, las personas mayores deben tener igualdad de oportunidades, porque es importante no solo para ellas sino para la sociedad. 

4 – La inteligencia emocional como oportunidad: la emotividad

Con la experiencia y los años se matizan las pasiones. En la vejez se decantan los temores de ser “subestimado” o amenazado en su personalidad. Se fortalece la seguridad en sí mismo, no se siente la necesidad de agredir o defenderse, ni se teme expresar las propias opiniones. La vejez representa la oportunidad para expresar la emotividad sin extremos y para amar intensamente sin generar perjuicios a nadie. Es la mejor época para tener y disfrutar de relaciones personales desinteresadas; la mejor oportunidad para respetar y para ser respetado. En ella se dan las condiciones ideales para amar con inteligencia y expresar el afecto sin temores; para interactuar con los demás sin celos y sin sentirse amenazado. Y todo ello complementado, en la mayoría de los casos, con la cercanía de los nietos, de la familia y de los amigos de toda la vida.

5 – Oportunidad de disfrutar y entender la cultura del ocio 

Se ha dicho, con razón, que el ocio es el “tiempo libre más la libertad personal”⁷. La tercera edad representa el mejor momento para disfrutar con libertad, sin muchas restricciones, la posibilidad de disponer del tiempo libre y dedicarlo a actividades que generan mayor satisfacción y bienestar personal. No hay duda de que el disfrute del tiempo libre por parte de las personas mayores, en actividades escogidas por ellos, de cualquier orden (lúdicas, culturales, sociales, familiares) contribuye a su bienestar, y seguramente al del círculo de personas que los rodean, con beneficios también para la sociedad. En ese sentido todas las personas mayores deben tener iguales oportunidades para hacer uso de su tiempo libre⁸. 

6 – Oportunidad de contribuir a una sociedad cada vez más humana

La etapa de la vejez representa la oportunidad de continuar la proyección al Ser y el despliegue del ser humano, aprovechando la experiencia y el crecimiento personal alcanzado durante la vida, para ponerlos al servicio de sí mismo y de los demás.

Es necesario reconocer que el despliegue y el bienestar de las personas mayores está indisolublemente unido al despliegue y bienestar de la sociedad, no solo porque ello representa la satisfacción de un derecho fundamental para un grupo importante de la sociedad, sino por el papel que ese grupo está llamado y puede desempeñar en la construcción de una sociedad cada vez más humana. 

En el concepto recortado que nos hemos formado de la edad del envejecimiento, hemos dejado por fuera la consideración del enorme activo humano acumulado por las personas que llegan a la vejez a lo largo de su vida y la valiosa contribución que ellos pueden hacer, desde su experiencia y conocimientos, al bienestar de los demás y al logro de una sociedad cada vez más humana. 

Aprovechar, por ejemplo, la experiencia y la mesura de las personas mayores para contribuir en la solución pacífica de conflictos; su concepción de la vida y de las relaciones interpersonales, de la sociedad y del desarrollo, para alimentar diálogos constructivos con otras generaciones; su sabiduría para ponerla al servicio de una sociedad más humana, más tolerante, más solidaria, más democrática y más equitativa. Todo ello haciendo uso de las nuevas tecnologías de comunicación e información que hoy facilitan la tarea y acortan las distancias en el tiempo. Su “trabajo (…) no se realiza con la fuerza, velocidad, o con la agilidad de su cuerpo, sino con el conocimiento, la competencia y autoridad”⁹. 

_________________

¹ Cicerón, Marco Tulio. (2005). Sobre la vejez (De senectute). Traducción de Rosario Delicado. Madrid: Tal – Vez. p. 14.

² Nussbaum, Martha C. y Saul Levmore. (2018). Envejecer con sentido. Barcelona: Paidós, p. 264 ss.

³ El aprendizaje y la formación a lo largo de la vida han sido declarados como objetivo socioeconómico importante en la Unión Europea. Y aunque inicialmente las personas mayores no muestran mucho interés, ha venido aumentando la matrícula de ese grupo en las universidades. De hecho, aún son poco conocidos esos programas, especialmente entre la población mayor que tiene bajos niveles de educación.

⁴ Delors, Jacques. (1996). La Educación encierra un tesoro, informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, p. 125. Citado en Proyecto AEPUMA (2007). Análisis y evaluación de programas universitarios para mayores. Universidad de Alicante: San Vicente del Raspeig, p. 91. 

⁵ “Yo mismo, ya anciano, he estudiado griego y lo domino”, dice Catón en el diálogo que refiere Cicerón en De senectute, y agrega un poco más adelante: “Cuando oí contar que Sócrates aprendió a tocar el arpa, ya anciano, quise hacer yo lo mismo y trabajé con ahínco en el aprendizaje de la lengua griega”. Cicerón, o.c., p. 14.

⁶ Id., p. 23.

⁷ Puig Rovira J. M., y J. Trilla J. (1966). La pedagogía del ocio. Barcelona: Laertes, pp. 55-56. Citado en Proyecto AEPUMA, p. 8.

⁸ “Las armas defensivas de la vejez (…) son las artes y la puesta en práctica de las virtudes cultivadas a lo largo de la vida. Cuando has vivido mucho tiempo, producen frutos maravillosos”. Cicerón, o. c., p. 8.

⁹ Id., p. 11.

César Vallejo Mejía

Noviembre, 2022

1 comentario
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1 comentario

vicente alcala 22 noviembre, 2022 - 5:38 pm

Gracias Cesar por la excelente presentación de las oportunidades para los mayores. Pienso que las oportunidades se corresponden con necesidades… desafortunadamente no todos los mayores son conscientes de sus necesidades, que pueden ser satisfechas con las oportunidades descritas. Me preocupa cómo se puede ayudar a los mayores a tomar conciencia de sus necesidades reales para que puedan aprovechar esas oportunidades. Espero la tercera entrega de tu artículo.

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