Atribuido al Maestro y poeta musulmán Kabir (1398-1518), el texto que poseo es una traducción de 1993, basada en la edición crítica de Swami Yugalanda (1914), editada bajo la supervisión del Maestro Sant Ajaib Singh, quien me inició en 1987.
Kabir advierte que “solo unos pocos santos lo entenderán”. Tal vez por ello sus enseñanzas han originado varias corrientes espirituales y religiosas en la India, que hacen énfasis en aspectos a veces contradictorios.
Yo lo describiría como un drama cosmogónico, donde la Eternidad y el Tiempo están personalizados en dos entidades: el indescriptible, todopoderoso y compasivo Sat Purush, y uno de sus hijos, con quien disputa, el poderoso Kal, la simiente inmortal de la vida, la cual es creada inicialmente por Sat Purush como emanación de su propio Ser eterno y, luego, es tomada por Kal para mantener su propio universo temporal, compuesto por tres planos de existencia: material, astral y el causal.
En este drama, Sat Purush decide llevar de nuevo a su hogar eterno las almas atrapadas por Kal en innumerables cuerpos, donde transmigran sin esperanza de liberación, en la rueda del Samsara.
Para hacerlo, encomienda la tarea del rescate a otro de sus hijos, que no es más que Él mismo en cuanto Verbo Encarnado, quien aparece en la forma de algún hombre santo. Este Santo o Maestro vive como un hombre o mujer perteneciente a un pueblo o cultura para ilustrar a las almas sobre la existencia del Hogar Eterno al que pertenecen por derecho, situado más allá del cuarto plano de existencia (denominado Sachkand). Además de ilustrar a las almas sobre su realidad, logra despertar dentro de ellas la añoranza por la eternidad y las conecta, mediante su poder, con la corriente ascendente del Shabda, la cual resuena en el interior de cada uno y hala hacia esa dimensión.
Kal, a su vez, intenta por todos los medios mantener a las almas en los planos temporales. Utiliza también a maestros que, enseñando parte de la verdad, orientan a las almas por vías de no retorno al Verdadero Hogar. Así como Sat Purush nos habita como alma, Kal hace lo propio como mente. Y mientras el primero inspira a meditar en el Shabda, que nos hace desprendidos, amorosos, humildes, pacíficos, puros y constantes, Kal hace que la mente nos mantenga entretenidos en ideologías y constantemente justifique nuestro vivir dando gusto a los sentidos externos, haciendo que las almas vivan atrapadas en las trampas del apego, el ego, la avaricia, la codicia, la lujuria, la ira. Peor aún, sus emisarios pueden conectar a sus seguidores con un sonido interno de naturaleza descendente.
Kabir se descubre ante un discípulo, elegido por él, como enviado del Sat Purush. Lo inicia y le muestra el camino interno. Y cuenta cómo ha buscado su alma encarnada a través de cuatro Edades, por miles de años. Ha encarnado como emisario del Sat Purush en cada edad con nombres distintos, dando origen a varias dinastías de Maestros. En esta última Edad (la de hierro), 42 encarnaciones se producirían a partir de él, hasta el fin de los tiempos.
El Anuräg Sagär consta de una introducción, cuatro capítulos y un epílogo, además de notas explicativas, a las que es necesario recurrir con frecuencia, pues el formato de diálogos, precedidos por invocaciones, himnos, relatos y exhortaciones lo hace necesario.
Es un libro para lectura meditativa. A él regreso con frecuencia, como quien necesita regresar a un manantial de agua fresca.
Luis Arturo Vahos Vega
Agosto, 2021
1 Comentario
Hola Luis Arturo. Fuiste mi profesor de filosofía en el San Ignacio de Medellín durante tu magisterio. Que alegría saber que sigues en el cultivo de las letras en las cuales me iniciaste. Un abrazo desde Bélgica,
Jorge Salazar Isaza.
soleildelune@skynet.be