El Pacto Histórico lleva un buen tiempo discutiendo, precisando, acordando y difundiendo el contenido programático de su propuesta política. Al mismo tiempo, ha estado trabajando en la construcción de su organización, la cual hoy agrupa cada vez más colombianos provenientes de distintos orígenes y condiciones.
Desde el año 2021, el Pacto Histórico ha venido discutiendo y precisando el contenido programático de su propuesta política, a la vez que trabajando en la construcción de su organización, que agrupa cada vez más colombianos de orígenes y condiciones diversas. El resultado no parece, a mi modo de ver, una opción de izquierda, ni mucho menos comunista. Es, más bien, un movimiento amplio donde cabe cualquier colombiano que siente la necesidad de darle un cambio profundo a nuestra realidad.
Este movimiento político es un pacto por el trabajo digno, la productividad y la vida; por oportunidades y garantías sociales, por la naturaleza y la crisis climática y por la paz y la democracia.
Hasta aquí y ahora ha dado la impresión de ser un programa sobre lo obvio. Sin embargo, a medida que la discusión se ha profundizado, el discurso general ha pasado a plantear la necesidad de:
– Reformar el sistema de salud.
– Reformar la Policía.
– Acelerar el tránsito de una matriz energética, basada en hidrocarburos, a una más limpia.
– Efectuar una ruptura democrática con la tendencia neoliberal de la economía.
– Brindar respeto y acogida dialogal a la protesta social.
– Incluir a las minorías y comunidades históricamente relegadas o estigmatizadas y a la mujer, como igual en derechos.
– Llevar a cabo una reforma rural.
– Alcanzar la soberanía alimentaria.
– Renegociar los tratados de libre comercio.
– Establecer unas relaciones internacionales fundadas en el respeto mutuo y la no interferencia en los asuntos internos de los países.
– Lograr una solución política al conflicto social y armado.
Votaré, no tanto por Petro sino, ante todo, por lo que significa el Pacto Histórico.
Luis Arturo Vahos
Marzo, 2022