La extendida y duradera pandemia del COVID-19 nos ha movido el piso, así no lo hubiéramos querido. Este relato narra la experiencia y reflexión de su autor sobre las luces y sombras del comportamiento humano en este contexto.
Esta pandemia me ha reconfirmado cuánta verdad hay en dos principios:
- Solo bajo presión afloran las tendencias y,
- Detrás de toda decisión, siempre hay una emoción o un sentimiento.
La pandemia los conjuga y, con ello, resalta las luces y sombras del comportamiento humano individual y colectivo, impulsados por emociones y sentimientos, tales como:
- La solidaridad y la cooperación, frente al individualismo y el desinterés por los demás.
- La generosidad y el desprendimiento, aun de los pobres, frente al egoismo y el acaparamiento de personas y países poderosos.
- La integridad, a costa de sus privilegios, frente a la corrupción de los buitres pendientes de las enfermedades y de las muertes…
- Los abismos entre la miseria y la pobreza, frente a las cumbres de muchísimos ricos y poderosos en el mundo.
- La influencia de las formas de pensar, en las maneras de sentir y de obrar, frente a las tragedias que viven los que piensan de manera diferente.
- La influencia del clasismo, del racismo y de la política, para determinar la indolencia de gobernantes y dirigentes, frente a quienes son diferentes.
- La soberbia y el orgullo, frente a la sencillez y el amor fraterno.
- El heroísmo de tantos, que miran a los demás como seres de la misma especie, dignos de la misma atención y cuidado. De manera, emocionantemente especial, los dedicados a las batallas médicas en las mayores condiciones de riesgo posibles. La entrega de sus vidas, frente al “¡sálvese quien pueda!”.
- La serenidad de quienes aceptan activamente la realidad y hacen todo lo que está a su alcance, frente a la depresión y la rebeldía de los abandonados y desesperanzados…
Con base en este incompleto inventario de contrastes, reforcé la trascendencia de revisar mi forma de pensar según mis principios, valores y propósitos de vida, para confrontarla con la forma como están siendo mis formas de sentir y de actuar durante la pandemia, puesto que “si cambia la visión, cambia la vida”, debo estar dispuesto a los cambios necesarios para respetar mi integridad y coherencia, mientras me esfuerzo por comprender y respetar a quienes tienen diferentes maneras de pensar, sentir y obrar.
Edmundo Pérez G.
Junio, 2021
7 Comentarios
Y estas tus máximas, son una invitación a construir, entre todos, una “nueva normalidad”…
Clara que sí, Jorge Luis: Sin duda que son principios que regulan el comportamiento humano y que, tenerlos presentes, son incomparables herramientas para construir esa “nueva normalidad”…
Y, como “el amor ordenado comienza por casa”, son instrumentos eficientísimos para el discernimiento de nuestro comportamiento vivido y el por vivir…
Abrazos,
EPG
Edmundo, excelente reflexión y “confesión”. Parafraseo algunas de tus expresiones: “detrás de toda decisión siempre hay una emoción o sentimiento”… y no sólo de toda decisión, sino también de todo pensamiento y acción.. “La influencia de las formas de pensar en las maneras de sentir y obrar”… y viceversa; las maneras de sentir y obrar en las formas de pensar. “Si cambia la visión, cambia la vida”… y si cambia la vida, cambia la visión. (Si no actuamos como pensamos, terminaremos pensando como actuamos, nos decían)..
Muchas gracias, por tu “parafraseo”, Vicentillo. Lo comparto.
En esos comentarios están incluidas buena parte de la filosofía, de la epistemología, de la sicología…, en una palabra, de lo que denomino “Vitalogía”, es decir, “la ciencia de tomarle el tirito a la vida”.
Abrazos,
EPG.
Tus máximas no son para ser simplemente leídas sino rumiadas. La inteligencia emocional es igual o más importante que la que llamamos “razón”. La IA puede quitarnos el poder de razonializar, pero no el de sentir, amar y ser libres. Gracias por tu mensaje.
Tus máximas no son para ser simplemente leídas sino rumiadas. La inteligencia emocional es igual o más importante que la que llamamos “razón”. La IA puede quitarnos el poder de razonializar, pero no el de sentir, amar y ser libres. Gracias por tu mensaje.
Muy ciertas e importantes reflexiones sobre la responsabilidad y el sentido personal en lo que tiene que ver con los comportamientos entre nosotros los humanos, con nuestras profundas debilidades y deficiencias, y también con nuestras posibilidad de actuar en forma solidaria y responsable. Muchas gracias..