¿Somos instintivos o libres? ¿Somos emocionales o racionales? ¿Somos buenos o malos? ¿Somos individualistas o gregarios? ¿Somos egoístas o solidarios? ¿Somos parroquiales o universales? ¿Somos conservadores o liberales? ¿Tenemos sentido común o somos “filósofos”? ¿Somos creyentes o científicos? ¿El universo es evolución o creación? ¿Las religiones fomentan el amor o el odio? ¿La religión es invento humano o revelación divina? ¿Dios está fuera del mundo o dentro de nosotros?
Responder estas preguntas no nos da para el desayuno, pero…como “no sólo de pan vive el hombre” ni la mujer, abordémoslas con entusiasmo.
Había escrito ligeramente unas reflexiones -de alguna manera impulsivas- como reacción a una primera lectura incompleta del libro cuya carátula introduce este artículo. Al leerlo más despacio y casi completamente, surgieron las preguntas anteriores, entre otras.
Siendo escépticos, no sabríamos dar respuesta a ninguna de ellas. Siendo dogmáticos o fundamentalistas, nos inclinaríamos a uno u otro lado. Siendo eclécticos, responderíamos simplemente que las dos cosas, a cada pregunta. Y siendo respetuosos, “nos quitaríamos el sombrero” ante Jonathan Haidt, quien, en esta obra, ofrece 510 referencias bibliográficas, en 36 páginas, en las que son citados, en promedio, unos 14 autores por página.
Pero no voy a escribir bajo el “argumento de autoridad”,sino con el atrevimiento de un aficionado a la sabiduría y, sobre todo, apelando al buen juicio de ustedes, lectores.
En primer lugar, diré que el autor responde implícitamente a las dos preguntas de la carátula del libro y también a la pregunta -que inunda las páginas de esta obra- por la naturaleza de la moral, y que se esconde en el título “La mente de los justos”. Igualmente, suscribo el comentario de The New York Times, en la parte inferior de la carátula: “Una contribución extraordinaria a la comprensión del ser humano”.
Somos “instintivos” porque somos animales y somos libres, como expliqué en el artículo ¿Mente o cerebro? ¿Libres o determinados? Somos emocionales y a la vez racionales: todo razonamiento nace de una emoción, y nuestras emociones son de seres inteligentes y razonables. Somos buenos por naturaleza, como seres que somos, pero nuestra voluntad puede dejarse llevar por dinamismos básicos, con resultados negativos que llamamos malos.
Somos individualistas porque perseguimos nuestro propio bien y felicidad, pero a la vez somos gregarios porque pertenecemos a una especie animal y no podemos explicarnos ni subsistir aislados o de manera autosuficiente. Somos egoístas y podemos ser solidarios, pues como acabo de decir: buscamos nuestro propio bien y bienestar, pero nunca podremos alcanzarlo, sin colaboración mutua.
Somos parroquiales porque nacemos y vivimos dentro de grupos reducidos (que se han llamado tribus, clanes, familias) y universales porque formamos parte de la especie humana, manifestada hoy por la “globalización”.
Somos conservadores porque no podemos, aunque quisiéramos, echar por la borda nuestra herencia biológica y cultural, y somos liberales porque somos emprendedores e innovadores por nuestra naturaleza inteligente. Como se pregunta el autor que estamos comentando ¿podemos disentir de forma constructiva los de uno y otro “bando político”? o ¿acaso dentro de cada uno de nosotros compartimos las dos tendencias?
Tenemos sentido común y somos filósofos en algún grado,porque tenemos una inteligencia práctica para poder subsistir, pero no podemos dejar de cuestionarnos -sin preguntas explícitas, en muchos casos- por el sentido de esta existencia que protegemos.
Somos creyentes porque creemos en la tradición transmitida por las personas en quienes creemos, y somos científicos porque también creemos en los científicos verdaderos, acertados y reconocidos (aunque siempre provisionalmente).
La creación es fruto de un universo evolutivo. Una vez alegaba una señora que la evolución no era cierta porque eso era negar la creación de Dios. Yo le respondí ¿quién era más “poderoso”: un creador de cosas estáticas o un creador que crea cosas que “crean” otras cosas? Pensemos si no, en la inteligencia artificial.
No las religiones, sino algunas interpretaciones de las religiones han fomentado históricamente el odio y la violencia. Todas las religiones, en el fondo, promueven el amor.
Dios es, no sólo el creador, sino el sustentador de todo lo creado, de todo ser o ente. Obra o actúa no como “en un comienzo” simplemente, sino que da el SER y lo sostiene, como regalo, a todo lo que existe. Por una parte, ES sobre todo ser y por eso lo comprendemos “fuera” o “por encima” del universo, pero, por otra parte “en Él, somos y existimos y nos movemos”. No sólo nos “rodea” sino que -de alguna manera que no entendemos- es el fundamento, la fuerza, el dinamismo, el espíritu que nos impulsa y nos atrae desde dentro.
Nos quedaba la pregunta de si la religión es invento humano o revelación divina. No hemos hablado de la historia, y la necesitamos para entender que los seres humanos como especie y como individuos tenemos el deseo irrestricto de conocer, de amar y de hacer el bien.
Dios no sólo crea, sino que quiere darse a conocer y quiere compartir con nosotros su ser, su bondad y su verdad. La religión es “invento” humano, si entendemos invento como investigación y como hallazgo. La religión es revelación divina, si por revelación entendemos el descorrer voluntario del velo divino que encubre su realidad, su amor, su verdad, pero que no “funciona” si nosotros no miramos ni vemos, si no oímos ni escuchamos. Dios nos habla de muchas maneras, pero necesitamos “abrirnos” a su palabra.
La religión es la confluencia –“hacia arriba”- del deseo innato y la búsqueda humana, con la revelación voluntaria y amorosa “hacia abajo” del Dios trinitario y redentor.
Vicente Alcala Colacios
Marzo, 2023
4 Comentarios
Aclaración: la expresión “La creación es fruto de un universo evolutivo” se entiende mejor con esta otra expresión “La creación es creación de un universo evolutivo”.
Vicente: Muy claro el concepto de religión como ese diálogo directo entre Dios y el hombre (revelación) y el hombre y Dios (culto, respeto y comportamiento). Gracias. Hernando
Vicente, tus escritos siempre dan para reflexionar largo y profundo. Yo creo que el problema que tiene el ser humano con la idea de dios es que hemos antropomorfizado esa figura, lo que da pie para crear confusiones e interpretaciones de cada cultura. La mejor idea que he conocido sobre dios la ha dado Spinoza: Deus sive Natura. con todas las implicaciones que supone esa afirmación.
Vicente:
Desde que empecé a escuchar con cuidado y humildad a nuestros sabios maestros jesuitas, en mi mente se fue formando el convencimiento de que “la creación es creación de un universo evolutivo”. Por eso, a quien lo dude, le preguntaré: ¿Qué es más maravilloso: comprar un vehículo en un concesionario, o tener un hijo?