Temas para conversar con los nietos sobre la Navidad

Por: Hernando Bernal Alarcón
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La Navidad es una hermosa fiesta en familia, sobre la cual es preciso que hablemos a nuestros nietos para que entiendan y no olviden el sentido de dicha celebración. Sugiero conversar acerca de aspectos como los que aparecen en el sigiente texto.

¿Sabían ustedes que la figura de Santa Claus –más conocido como Papá Noel– fue una invención de Coca-Cola?

Sí, aunque no se lo menciona abiertamente. Es decir, es un producto publicitario de Coca-Cola, la gaseosa gringa que apareció hacia 1920, después de la primera guerra mundial.  Si bien la publicidad de la bebida lo utilizó desde entonces, dándole el carácter de un gnomo o un elfo, el real y bondadoso Papá Noel con barba blanca, barriga protuberante y casaca de color rojo, tomando y ofreciendo Coca-Cola, solo apareció hasta 1930. 

Y desde entonces Papá Noel, a quien ahora se lo conoce como Santa, se convirtió en el símbolo de la navidad como evento comercial. Es decir, se ha trastocado el sentido de la idea esencial de Christmas como nacimiento de Cristo. Este significado, por causa quizás de la publicidad de Coca-Cola, parece olvidado totalmente en el mundo industrializado. 

Sin embargo, la “Nativitá” fue la idea inicial de San Francisco, el Poverello de Asís, el santo totalmente opuesto al boato del comercio capitalista, cuando en 1223 inventó el pesebre para hacer énfasis en el nacimiento pobre de Jesús.

Pero vamos poco a poco. ¿Acaso Santa, Santa Claus, Noel y Papá Noel son el mismo personaje? 

La respuesta también es sí, aunque parezca extraño. El nombre original correspondió a un obispo del siglo IV de nuestra era, san Nicolás de Bari, quien siendo de familia acaudalada regaló su herencia a los pobres de su región, ubicada en Anatolia o Asia Menor. Algunos imaginan que distribuyó monedas a los niños y a las viudas y otros que las lanzó por la chimenea… Por haber sido originalmente la representación de un obispo ha utilizado en su nueva función el rojo propio de la dignidad episcopal… Aunque también sea el mismo color del logo de la Coca-Cola. 

En Alemania, san Nicolás se convirtió en Niklaus y en Holanda fue conocido como Sinterklaas. En Italia y en los países de idiomas derivados del latín (Francia, España y Portugal) el nombre se transforma en Noel, posiblemente como contracción del significado: pascual o viejito pascuero.

Y en Nueva York, que inicialmente se llamó New Amsterdam, adquirió finalmente el nombre y la figura de Papá Noel, que sin perder su autenticidad pronto se convirtió en persona casada y con mujer, conocida también como Santa… Algunos prefieren decir que es su hija… Gajes del oficio en su función como símbolo publicitario.  

No parece haber nada de “feminismo” en la duplicación del nombre y en la adquisición de nuevas y más atractivas personalidades. En castellano diríamos que ahora Papá Noel lleva también a reconocer a Mamá Noel y a la Niña Noel ‒y posiblemente al Niño Noel‒ para completar la familia. Pero, ¡ojo! Este último personaje, el niño Santa, no debería ser confundido o remplazar al Niño Jesús, símbolo cristiano de la Navidad, según el evangelio. 

Junto a la figura amable de Papá Noel se encuentra el árbol de Navidad, símbolo también de la abundancia, que con sus adornos de múltiples colores cobija bajo su ramaje los regalos, cada uno con el nombre de la persona a quien se lo entregan, debidamente engalanados también con papeles y tarjetas alusivas a la fecha. Los regalos conducen también a la imagen de una factoría, ubicada en el Polo Norte, en donde trabajan los elfos que los empacan, y desde donde Papá Noel viaja en la noche del 24 de diciembre, en un trineo conducido por renos ‒uno de ellos conocido como Rudolph– para depositar a través de las chimeneas los regalos a los niños que se han portado bien durante el año. 

 ¿Y acaso Papá Noel, los elfos, los renos, el árbol, la chimenea y los regalos son solo la Navidad?

Para nosotros, los que nos confesamos cristianos, no deberían serlo solamente. Aprovechemos con enorme alegría y entusiasmo esa fiesta de la abundancia y la solidaridad en familia, pero no olvidemos que en el corazón de los creyentes, la Natividad hace alusión al nacimiento de Cristo. De ahí su nombre de Christmas

Por esa razón, san Francisco de Asís centró en el pesebre el símbolo de la Navidad. Siguiendo la narración del evangelio de san Lucas los protagonistas son el Niño Jesús, la Virgen María y San José, acompañados por el asno y el buey, y por los pastores que celebran la natividad con sus cantos y alegrías, en respuesta al mensaje de los ángeles del cielo que anunciaron el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Temas todos que implican una creencia y una fe, que sin obviar las observaciones de la crítica escriturística, se centran en el profundo misterio de la encarnación, que es el puente que une nuestra naturaleza humana y mortal con la eternidad y la misericordia de un Dios, Padre y Creador.

Por eso, en nuestro país nos preparamos para la Navidad con la novena de aguinaldos en la cual diariamente, a partir del 16 de diciembre, nos centramos en la meditación de los eventos que la anteceden, comenzando por la reflexión sobre la voluntad de Dios de enviarnos a su Hijo para nuestra redención, continuando con el aviso del ángel a María, para que expresara su voluntad de engendrar al Mesías, pasando por la visita que como mujer encinta hizo a su prima Santa Isabel, y por las dudas de José sobre la maternidad de su esposa, para llegar finalmente, después de un viaje agotador,  a empadronarse por orden del emperador romano, en un pueblo minúsculo, Belén,  que por ser la cuna del rey David era visitado por muchas personas y posiblemente por muchos “lagartos” (en el sentido bogotano: individuos que echan flores, buscan amistades y hacen lo necesario para escalar posiciones) y no disponía de lugares adecuados (posadas y hosterías) para dar albergue a la familia de José, artesano y carpintero (posiblemente de clase media), por lo que el Niño tuvo que nacer en un pesebre (lugar donde comen los animales) en un portal e iniciar así su vida mortal.

Hernando Bernal Alarcón

Diciembre, 2021

3 Comentarios

Alberto+Betancourt 15 diciembre, 2021 - 9:08 am

Exquisita tu disertación sobre la Navidad y sus íconos,, con una gran erudición como todos los temas que Tu desarrollas. Voy a compartir tu escrito con mi hijo Mauricio, gran publicista, Además desde tu época de El Mortiño Tu siempre disfrutabas tocando los villancicos para el deleite y el fervor de toda la comunidad, Saludos a Amandita:

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Humberto Sánchez Asseff 15 diciembre, 2021 - 4:08 pm

Gracias, Hernando. Una deliciosa, entretenida y culturizante lectura, todo un abrebocas para la Navidad. Espero que lo leas mañana en nuestro encuentro especial.

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César Vallejo 30 diciembre, 2021 - 5:40 pm

Con erudición pones las cosas en su lugar. Mil gracias Hernando y un abrazo navideño, en el auténtico sentido, en el que, es mi convicción, celebra el mensaje que trae Jesús: que Dios es Amor muy distinto del Dios temible y Justiciero del Antiguo Testamento.

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