Para salvar un Libro del próximo “diluvio universal”, para beneficio mío y de los demás, prefiero ElKybalión, de Hermes Trismegisto: Hermes ‒el Maestro de los Maestros, el mensajero de los dioses‒, y Trismegisto ‒el tres veces grande, sabio, “el elegido por los dioses”‒, fruto del pensamiento del Antiguo Egipto (Thoth) y de Grecia (Hermes).
¿Por qué El Kybalión* es mi libro favorito?
Porque hace más de dos décadas, naufragaba en medio de una de mis mayores crisis de cambio y en el reto de decidir cómo darle sentido a mi vida cuando, de manera ¡reiteradamente inexplicable, por improbable,! en el pie de página de varias lecturas, aparecían las remisiones a un tal Kybalión, libro desconocido para mí, desde el título, con el significado de Kybernêtes, “piloto o guía”, en griego.
Para saber si era cierto que “la verdad llega a los oídos cuando estos están preparados para escucharla”, tenté a la ley de la atracción, investigando aquel libro, estudiándolo, comprendiéndolo, verificándolo e incorporándolo ‒críticamente‒, a mi forma de pensar, de sentir y de ser.
¡Y, “si cambia la visión, cambia la vida”! Y así fue: ¡cambió mi vida!
Con su aprendizaje, mis nociones eclécticas recibieron la iluminación del orden de sus Principios, por su estructura, sencillez, claridad, universalidad, veracidad, aplicabilidad, con los efectos en mí, de paz, felicidad y plenitud que se desprenden de definir la misión con sentido, de la vida.
Como iniciación a sus siete Principios, los comparto:
1. La Correspondencia, que existe entre los estados del ser y de la vida, en los diversos planos: mental, material y espiritual del cosmos. El telescopio y el microscopio se hermanan para confirmar que, “como es arriba es abajo y al contrario”, y permiten razonar y avanzar hacia lo desconocido.
2. La Vibración, “nada está inmóvil, todo vibra”: explica cómo todo es puro espíritu; desde la intensidad mental y espiritual absolutas, hasta la más ruda forma de materia aparentemente en reposo. “Lo único permanente es el cambio”. Nos permite controlar nuestras vibraciones mentales y espirituales para avanzar creativamente.
3. La Polaridad, nos explica cómo “todo es dual”: todo tiene su par de opuestos, sus contrarios, su tesis y antítesis, difiriendo solo en grados, como el calor y el frío. Por esto, podemos transmutar o cambiar, con el poder de la mente y de la voluntad, las vibraciones de odio por vibraciones de amor; la actitud negativa por la positiva, etc. Es la verdadera “alquimia”.
4. El Ritmo o la Ley del Péndulo: “como es a la derecha, es a la izquierda”; acción y reacción; avance y retroceso; creación y destrucción. Permite mantener la mente en el punto en el que queremos que esté, para conservar la estabilidad y la firmeza mental, y neutralizar la tendencia pendular que intenta arrastrarnos hacia el polo indeseado.
5. La Causa y Efecto: “toda causa tiene su efecto”. Nada ocurre por casualidad: “la suerte”, “el azar”, son nombres que le damos a una ley que desconocemos. Conscientemente, podemos dominar ‒en alto grado‒, el comportamiento, el estado de ánimo, para convertirnos en causantes, en instrumentos, en dirigentes de nosotros mismos, en vez de llegar a ser simples efectos, seres dirigidos.
6. La Generación, existe en todos los planos: “todo tiene su principio masculino y femenino”. Ninguna creación física, mental o espiritual es posible sin este principio que permite generar, regenerar y crear. Cada ser contiene en sí mismo los dos elementos.
7. EL Todo es mente, es Espíritu: “El Todo es la realidad sustancial” detrás de todas las apariencias, como la del universo material. Es la Energía. Es la Mente infinita y viviente, en sí misma indefinible. En Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Nada hay por fuera del Todo: por lo tanto, somos manifestaciones del mismo y único Todo.
Vivir impregnado de estos Principios es tener, clara y prácticamente, la manera de gerenciar la propia vida para cumplir, felizmente, con su misión con sentido, definida conscientemente. Por todo ello y mucho más, El Kybalión es el libro favorito que prefiero salvar.
Y si usted está leyendo o escuchando esto, es posible “que tenga los ojos o los oídos preparados para mirar o para escuchar la verdad”.
Gracias por ser, estar, sentir y vivir ¡aquí y ahora!
* Trismegisto, Hermes (Los Tres Iniciados) (2015). El Kybalión. Estudios sobre la Filosofía Hermética del Antiguo Egipto y Grecia. Bogotá: Editorial Solar.
Nota: “Los Tres Iniciados” son, posiblemente, tres investigadores que recopilaron los antiquísimos Principios contenidos de este libro.
Edmundo Pérez G.
Mayo, 2021
4 Comentarios
No había percibido la enorme profundidad de tu escrito y de tu libro Edmundo! Que gran aporte nos has hecho! Solo leer tu resumen me identifica con tus hallazgos! Gracias mil por compartir tu riqueza interior con este libro!
Edmundo me alegra saber que a través de la comprensión y puesta en práctica de los principios del kibalión, tu vida encontró un sentido. En YouTube repasé una serie de videos sobre El ojo de Orus, que complementan al Kibalión, Los Grandes Iniciados, de autor que no recuerdo, también avanzan por ese camino. El Anurat Sagar de Kabir, desde otra óptica asume eses principios, aunque hace una crítica a la cosmogonía que los subyace y a mí me sacudió todo el piso por donde daba pasos de búsqueda. Edmundo, compartir nuestro andar nos hermana.
Luis Arturo:
¡Qué grato constatar cómo “compartir nuestro andar, nos hermana”!
Magnífico, que incluyas la referencia de los otros textos, con los cuales complementas la guía de lecturas para tantos que quieran “hacer ese camino”, con el beneficio de que, después de experimentar “la movida del piso”, disfrutamos de la estabilidad. Sigamos andando, que “ladran los perros”, por fortuna. Abrazos, EPG.
Querido Darío: “El amor y la vida se nos dan para compartirlos…”
Por lo tanto, me es gratísimo leer tu comentario, que confirma que sigo logrando ese propósito de mi afecto y de mi vida. Sin duda, te invito a estudiarlo, puesto que por nuestra amistad y mutuo conocimiento humano y espiritual, tengo fundamentos para asegurarte que, también a ti, te será luminoso hacia el pasado y el futuro y, notablemente orientador en el presente, como aliado de nuestro “Carpe Diem” y del sentido de la vida y de nuestra relación con el Absoluto -El Todo-, siempre presente. Abrazos, EPG: