Una nación cristiana

Por: Jesús Ferro Bayona
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La suma de católicos y protestantes da fundamento para decir que el país es de mayoría cristiana, teniendo en cuenta que católicos y protestantes se remiten en lo esencial a la doctrina de Cristo. 

La reciente publicación de los resultados de la Encuesta de Cultura Política (DANE) muestra que Colombia es predominantemente cristiana: 78,2 % de los encuestados (cerca de 72.000) manifiestan que son católicos, sumada al 9,2 % que se dice protestante –evangélicos y pentecostales, sobre todo–. Es interesante observar que para el caso del catolicismo las cifras varían por regiones: la Central –Antioquia y el Eje Cafetero, con mayor peso–, registra el porcentaje más alto de católicos (81,1 %), en contraste con el Caribe, donde baja la proporción de fieles del catolicismo (71,2 %).

La suma de católicos y protestantes da fundamento para decir que el país es de mayoría cristiana teniendo en cuenta que católicos y protestantes se remiten en lo esencial a la doctrina de Cristo. No obstante, el resultado de la encuesta pone a pensar.

Cuando hacía los estudios de posgrado en Teología en Francia, comprobé en mis profesores católicos, grandes conocedores de las Escrituras en arameo, hebreo y griego, que el Concilio Vaticano II había permeado las mentalidades, pues la exégesis de textos bíblicos no ponía talanqueras tan rígidas, por ejemplo, entre el luteranismo y el catolicismo, como acontecía en la tradición secular antes del Concilio.

En pocas palabras, en la enseñanza de la teología se había avanzado mucho en términos ecuménicos, es decir, en salir al encuentro con protestantes, cristianos orientales y judíos. 

El movimiento ecuménico católico, dada su dimensión universal, tenía que llegar a Colombia. Sin embargo, pienso que el conocimiento de la Biblia no ha alcanzado la expansión deseada con la lectura personal de las Escrituras.

En las respuestas a la encuesta observo que un número grande de fieles católicos hacen distinciones entre ser creyente, pero no practicante, respuesta que se relaciona más con no ir a misa, no practicar la confesión auricular, dejando entrever que la lectura de la Biblia no se considera una práctica de fe. Más aún, creo que el promedio más bajo de creyentes católicos en el Caribe, según la encuesta, podría señalar el rezago educativo de la Costa con respecto a otras regiones: uno pensaría que se lee menos la Biblia, con los elementos exegéticos necesarios, debido a fallas de aprendizaje en nuestra región.

Por eso mismo, no concuerdo enteramente con la explicación que se hace en algunos comentarios en el sentido de que la gente del Caribe, por ser más emotiva, es menos inclinada a seguir “los ritos organizados y serios del catolicismo”.

El énfasis en la emocionalidad dominante es un cliché gastado sobre nuestra cultura caribe.

Son muchos los aspectos de la encuesta que pueden comentarse, pero no caben en esta columna. Solo quiero compartir una inquietud que amerita más análisis: si la población colombiana es mayoritariamente cristiana, ¿por qué esa mayoría no ha logrado impregnar el país con el mensaje de la convivencia pacífica, tal como lo predica el Evangelio? ¿Será que una minoría de violentos seguirá imponiéndose por medio del discurso y de las armas? 

¡Hasta cuándo, por Dios!  

Jesús Ferro Bayona

Mayo, 2022

7 Comentarios

Humberto Sánchez Asseff 18 mayo, 2022 - 7:50 am

Interesante análisis con las cifras de la Encuesta de Cultura Política (DANE), pues certifica lo que siempre se ha dicho: La mayoría de Colombianos somos Católicos y “una mayoría mayor” somo cristianos. Lo que me llamó la atención es el “creyente, pero no practicante”, término que se escucha muy corrientemente. Valdría la pena profundizar en el significado de esta posición.

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Jesus Ferro Bayona 18 mayo, 2022 - 3:21 pm

Gracias, Humberto por el comentario. Sin profundizar, he creído que la tal aclaración de “creyente pero no practicante” suena a “creyente vergonzante” cuando se responde en público a la pregunta de si uno practica lo que cree en materia religiosa, pero es un ocurrencia mía arbitraria.

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Humberto Sánchez Asseff 18 mayo, 2022 - 5:32 pm

Muy válida tu interpretación. Concuerdo con el “creyente vergonzante”.

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ARTURO ARANGO 18 mayo, 2022 - 9:44 pm

La famosa pregunta de si uno es creyente practicante la suele hacer quien entiende que la práctica del cristianismo se expresa en la asistencia a misa y la práctica de los sacramentos, olvidando que cristiano practicante es aquél que cumple con el mandato de Jesús: “En esto conocerán que sois mis discípulos: en que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. El cristianismo rezandero, de misa y sacramentos lo practican por igual la mamá que bendice a su hijo sicario cuando sale a “trabajar”, la mamá de gente de bien que explota a sus empleadas domesticas, el papá empresario que esquilma los salarios de sus empleados y el hijo de papi que cree que puede violar impunemente a cuanta jovencita se le atraviesa en el camino.
Yo siempre he creído que el más maravilloso sermón de Jesús es el del Juicio Final, al que casi nadie le presta atención por su tema un poco terrorífico, pero que es la base del ecumenismo, del verdadero cristianismo y en general de la deseable convivencia humana,. cuando el Señor dice a los elegidos: “Venid a mí porque cuando tuve hambre… porque cuando lo hicisteis con cada uno de vuestros hermanos, lo hicísteis conmigo…”

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Jesus Ferro Bayona 18 mayo, 2022 - 9:51 pm

Coincido contigo,Arturo.Es una respuesta bastante común para hacerle el quite a lo esencial del cristianismo, tal como lo ilustras.

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Dario Herrera Murgueitio 19 mayo, 2022 - 8:12 am

También me intriga mucho el porque siendo un pueblo tan cristiano no somos más verticalmente promotores. más con actos y decisiones que con discursos, del bienestar ajeno, de la protección de los desposeídos y de lo que conocemos como justicia y equidad social. ¿Será que el mensaje católico y protestante y su proceso exegético esta desenfocado en nuestro país?

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EDUARDO JIMENEZ 22 mayo, 2022 - 11:08 am

Con todo respeto por las opiniones anteriores no creo que el no practicar “el mensaje de la convivencia pacífica…..que predica el Evangelio” sea un acontecimiento reciente.
Creo que el cristianismo, al menos el de los relatos de los evangélicos, se practicó, talvez, mientras esas doctrinas eran perseguidas. Despues del Edicto de Milán y el Concilio de Nicea, lo que ha venido despues, el poder temporal de la Iglesia,las Cruzadas, el Estado Vaticano, la Inquisición, las indulgencias, el apoyo a todo tipo de abusos, Juan Pablo II y muchos otros casos, creo que no tienen nada que ver con “el mensaje de la convivencia pacífica…..que predica el Evangelio”.
Abrazos.

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