Entré a la Oficina de Turismo y, después de saludar, pregunté:
‒ ¿Dónde queda la Cueva de Iría?
‒ No se llama así, señor, me respondieron. Cova de Iría es la comarca cercana, que está allá, me respondió el funcionario, y me indicó por la ventana. Era como decir, aquí, el valle de Teusacá.
Estábamos cerca al Santuario de la Virgen de Fátima, no lejos de Lisboa, en Portugal:

La confusión mía, seguramente, se debía al recuerdo latente de la gruta de Lourdes y al eco del cántico escuchado desde la infancia: El trece de mayo, la Virgen María, bajó de los cielos a Cova de Iría. Ave, ave, ave María.
Sin embargo, allí no había gruta sino una encina, sobre la cual se manifestó María a los tres pastorcitos lusitanos. ¿Fue una imaginación, una alucinación, un sueño…? No, ellos estaban seguros: una cosa era la encina y otra, muy diferente, la presencia de aquella señora reluciente.

Antes de emprender el recorrido mariano por Europa, en Bogotá habíamos saludado a la Virgen de Chiquinquirá, cuando la acercaron para la visita del Papa Francisco en 2017.

Desde Portugal, pasamos a Andalucía. En primer lugar, fuimos a Sevilla, a visitar a la Virgen de la Macarena

En Córdoba, visitamos el Noviciado de la Compañía de Jesús, y en él, a la Virgen del Silencio.


Llegamos luego a Almería donde, cerca del cabo de Gata, se apareció la Virgen del Mar, patrona de la ciudad.

En Zaragoza, en la basílica, junto a la Virgen del Pilar se halló una bomba de la guerra civil española sin explotar: un símbolo de la protección de María, la Madre de Jesús.

En Barcelona, la Catedral de la Sagrada Familia manifiesta que, como en todo hogar, la Madre es su centro y su corazón.

En otros países vimos las columnatas con la imagen de la Virgen que presiden plazas y avenidas en Munich, Insbruck, Zagreb…

Y en Udime (Italia), invocamos a la Virgen de la Salud, representada en esta imagen.

Uno de los lugares más bellos y conmovedores del viaje fue el paraje y la casa de la Virgen María, cerca de Éfeso (en la actual Turquía). Allí ‒según la tradición‒ pasó la Madre de Jesús los últimos años de su vida junto a san Juan. Recordemos que Jesús, en la cruz, “al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: ‘mujer, ahí tienes a tu hijo’. Luego dijo al discípulo: ’ahí tienes a tu madre’. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa”(Jn 19, 26-27).


Para terminar el viaje, visitamos la iglesia de San Salvador de Chora, en las afueras de Estambul. Allí hay 12 mosaicos que representan la vida de María. Estos son dos de ellos:

Para despedirnos, admiramos el mosaico de la Dormición de María:

Es dormición porque la Madre de Jesús al ser inmaculada de pecado, fue preservada de la corrupción de la muerte y elevada a la vida inmortal ‒partícipe de la resurrección de Jesús‒, como celebra la Iglesia en la festividad de la Asunción el 15 de agosto de cada año.
No todas han sido las mejores fotografías, ni logramos recorrer todos los lugares más significativos, pero la muestra es suficiente para comprender el valor de la presencia de María en las comunidades de todas las regiones creyentes en Jesucristo, a través de los veinte siglos de la era cristiana.
Vicente Alcalá Colacios
6 Comentarios
Vicente: muy hermoso recorrido y muy bien documentado. Muchas Gracias.
Maravillosa muestra de la madre de Jesús por todo el mundo. Mil gracias Vicentillo
Gracias Vicente por este bello recorrido Mariano que nos regalas el día en el cual recordamos cuando María dio a luz al Hijo de Dios. Feliz Navidad!
A lovely tour of Mary and her places. Thanks!
Bello recorrido,Vicente. Qué suerte has tenido.
Podemos recordar e imaginar, también, a N.S. de Lourdes (Francia) la Virgen de Guadalupe (México) N.S. de Aparecida (Brasil) N.S. de la Evangelización (Perú) N.S. de Coromoto (Venezuela) N.S. de la Presentación (El Quinche, Ecuador) Virgen de Copacabana (Bolivia) N.S de Luján (Argentina) La Inmaculada Concepción (Estados Unidos y Portugal) N.S. de Loreto (Italia) N.S. de Gracia (Altöting, Alemania) La Virgen del Carmen, N.S. de las Mercedes, María Auxiliadora… por nombrar algunas advocaciones.