“Podrán sacar a Trump de la Casa Blanca, pero no podrán deshacerse de nosotros”, fueron las desafiantes declaraciones de uno de sus partidarios, un supremacista blanco vestido de milicia y armado hasta los dientes, como cualquier paramilitar, después de uno de los actos públicos de su campaña, con contagio de coronavirus incluido.
Esta frase resume el gran problema que enfrenta la democracia en Estados Unidos, y otros países del mundo. El problema no es que un Trump llegue a ser presidente, sino que haya millones de personas que voten por él porque no les importa sus mentiras ni su desprecio por la ley y las instituciones, y por el contrario creen que es el líder que necesita su país.
¿Cómo explicar ese apoyo, minoritario pero aun así enorme, en el país que ha sido el líder del mundo occidental desde la II Guerra Mundial? ¿Por qué el país con el mayor desarrollo científico y tecnológico, con las mejores universidades del mundo, elige presidente a una persona que desprecia la ciencia?
Dos elementos para responder estas preguntas. El primero es que Estados Unidos es un país muy heterogéneo en materia de educación y conocimiento. Tiene la mayor cantidad de premios Nobel, pero 1 de cada 5 norteamericanos cree que el calentamiento global es un engaño de los socialistas para debilitar el país, y la mitad de los que reconocen el problema no aceptan que sea producido por actividades humanas que deben ser reguladas.
Científicos norteamericanos han descifrado el código genético del Homo sapiens, pero el 20 % de la población todavía rechaza la evolución de las especies y sigue creyendo que el hombre fue creado de la nada. Más increíble aún, solo el 84 % de los norteamericanos está seguro que la Tierra es redonda, el resto tiene dudas o inclusive un 4 % piensa que es plana.
Las opiniones frente a la ciencia se han dividido en claras líneas partidistas: mientras el 92 % de los demócratas creen que el cambio climático es un problema, solo el 52 % de los republicanos reconoce esta amenaza.
La causa de que se mantenga este tipo de creencias es una educación deficiente, lo que nos lleva a la segunda explicación que es la instrumentalización política de la ignorancia. El conservador Partido Republicano se ha convertido en un partido populista de derecha que busca su apoyo en grupos sociales con menor educación, que son los más propensos a creer en teorías conspirativas y a aceptar las mentiras hoy amplificadas y difundidas por las redes sociales.
Según datos del Pew Research, mientras el 41 % de los votantes demócratas tiene educación universitaria, en el lado republicano solo el 29 % han pasado de la secundaria. Cuando se añade el factor raza la situación es aún peor: entre los blancos sin educación universitaria solo el 40 % votará por Biden, y el 56 % por Trump.
En Colombia está sucediendo algo similar. La última encuesta de Polimétrica muestra una opinión pública dividida en forma pareja: el 53 % de los encuestados se ubican en el centro, el 23 % en la izquierda y 24 % en la derecha. Lo sorprendente es que de los que tienen solo educación primaria o secundaria el 35 % se ubican a la derecha y solo el 12 % a la izquierda.
El problema no es Trump, sino que el populismo de derecha ha sido exitoso en capturar la opinión de los menos educados.
Mauricio Cabrera Galvis
Noviembre 1, 2020
7 Comentarios
Una muestra de sabiduría: no se necesitan grandes discursos para explicar hechos complejos. Basta ponerse en los zapatos del otro para optar por la claridad, la sencillez y la concisión.
Mauricio: muy importante y esclarecedor su punto de vista sobre la polarización en Estados Unidos. A veces uno siente que estamos llegando al declinar de un imperio, el más grande y exitoso de la humanidad, con rasgos similares al imperio romano, cuando Calígula en el arrebato de su locura nombre a su caballo como cónsul. Saludos.
Con todo respeto, me parece una explicación excesivamente simplista. Los republicanos son “a basket of deplorables” para citar la opinión de la Sra Clinton, además que en opinoon de Mauricio son “los menos educados”.
No vale la pena hacer muchos pronósticos, en dos días sabremos quién ganará la elección. Espero no sea el blando, irresoluto que lleva 47 años haciendo política, y menos aún que cuando a sus casi 80 le de algo, lo suceda la amiga de Maduro. Saludos
Creo que es importante remontarnos al anio 2016 y recalcar que quien en realidad gano por “voto popular” en aquellas elecciones fue Hillary Clinton con 48.2% vs 46.1%.
En el modelo de votacion de EEUU, los ciudadanos emiten sus votos para presidente en el “voto popular” y con ello eligen una lista de electores. Luego, los electores emiten los votos que deciden quién se convierte en presidente de los Estados Unidos; por lo general, los votos electorales se alinean con el voto popular en una elección, lo que no sucedio asi en las votaciones del 2016, siendo que Trump ganara con 304 votos electorales vs 227 votos para la Sra. Clinton
Puede ser que el populismo de derecha este siendo exitoso pero aun falta ver el resultado final de manana Nov.03, 2020.
Mauricio, buen analisis basado en datos, no en impresiones. Lo cierto es que los politicos siempre han manipulado las masas deseducadas para su beneficio ejerciendo una influencia detras de bambalinas con impresionante precision, planificacion y ejecucion.
Tal vez olvidamos la tradición educativa en USA. Desde la migración europea en el siglo XVI, la Bíblica ha sido el libro básico para educar tanto a nivel familiar, escolar, eclesial. Si notamos el incontable número de sectas derivadas del “libre examen” practicado por la reforma protestante, encontraremos múltiples interpretaciones de los textos bíblicos, algunas alejadas de toda evidencia científica. Y las masas repiten lo que sus pastores dicen, sin posibilidad de crítica. Luego llega la era de las fake news, y si ninguna crítica las reenvían. Y ya lo descubrieron los nazis, una falsedad repetida termina convertida en “verdad”, para quien ha sido educado como obediente creyente de los pastores. Gracias
Tal vez olvidamos la tradición educativa en USA. Desde la migración europea en el siglo XVI, la Bíblica ha sido el libro básico para educar tanto a nivel familiar, escolar, eclesial. Si notamos el incontable número de sectas derivadas del “libre examen” practicado por la reforma protestante, encontraremos múltiples interpretaciones de los textos bíblicos, algunas alejadas de toda evidencia científica. Y las masas repiten lo que sus pastores dicen, sin posibilidad de crítica. Luego llega la era de las fake news, y si ninguna crítica las reenvían. Y ya lo descubrieron los nazis, una falsedad repetida termina convertida en “verdad”, para quien ha sido educado como obediente creyente de los pastores. Gracias