La Feria del Libro de Bogotá -FILBO- se está consolidando como evento de importancia internacional…las ferias regionales, ¿para cuándo?
En casi todas las entrevistas a escritores y escritoras que he leído por años, aparece la infancia como el lugar privilegiado, origen mítico, del hábito de leer que adquirieron para toda la vida. Nuccio Ordine, gran maestro del humanismo, profesor universitario en Calabria e invitado como conferencista a la actual Feria del Libro de Bogotá, confiesa en una entrevista a propósito de su libro más reciente “Los hombres no son islas” que fue una maestra quien hizo nacer en él su amor por el conocimiento, mostrándole las páginas de su lectura más entrañable de niño: “Corazón” de Edmundo de Amicis, un libro de niños escrito al ritmo de los meses del año que leí en mi infancia.
No quiero posar de intelectual prematuro. Gozaba también durante la niñez con los cómics publicados en los periódicos que retrataban las aventuras de Tarzán, que hacían volar mi imaginación por selvas inauditas, y, cómo no, las pesquisas de criminales de Dick Tracy, que pudo ser parte de lo que despertó en mí el espíritu inquisitivo que siento como llama de la curiosidad, esa sí intelectual, que se volvió inherente a mi vida.
Es cosa sabida y repetida por los grandes pedagogos que el ambiente familiar es definitivo en la construcción de los hábitos que para bien o para mal forman al ser humano desde la primera infancia. Los padres, antes que los maestros de las escuelas, pero sin que falten estos últimos, son figuras que, como el escultor, moldean la mente infantil y por ende el comportamiento humano.
Por esa razón, el hábito de la lectura, rotundamente se puede decir, nace en el hogar, aunque con raras excepciones se rehace un poco más tarde. Y cuando hablamos de ambiente, nos referimos ciertamente al ámbito social donde crecemos. Un contexto que brinde espacios como son las bibliotecas infantiles de barrios, escuelas primarias, bibliotecas públicas municipales, afianzan por su lado el hábito de leer en los niños.
Sin lugar a dudas, un maestro de escuela primaria o secundaria se convierte para muchos, en el mejor recuerdo de quien fue el guía clave para abrir horizontes mentales y sensibles en los jóvenes cuando una vez nos leyeron en voz alta y con emoción un párrafo entero de la Odisea de Homero o una página de Cien años de soledad.
Las ferias de libros se han convertido en espacios maravillosos de promoción de la lectura. Es la sana envidia que produce la recién abierta Feria del Libro en Bogotá, y las que se anuncian para este año en Medellín, Cali y Bucaramanga. Pero en lo local, nuestra feria brilla por su ausencia. Barranquilla, ¿cómo vamos?
Jesus Ferro Bayona
Abril, 2023
Publicado en El Heraldo, de Barranquilla.