Después de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, ¿para cuál de los dos finalistas de la segunda vuelta se irán los votos de los otros candidatos? Es una de las preguntas cruciales para predecir el resultado final. Como es tan difícil y arriesgado hacer de adivino, es más seguro dedicarse a lo que mejor hacen los economistas, que es pronosticar el pasado y revisar la historia.
Si resultare ser cierto el aforismo de Hegel y Marx ‒la historia se repite siempre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa‒, resulta útil recordar qué pasó en las elecciones presidenciales de 2018, pues guardan tantas similitudes con la contienda actual que pueden servir para quienes se arriesguen a pronosticar los resultados en esta ocasión. Por supuesto, también hay significativas diferencias que deben tenerse en cuenta.
Las coincidencias empiezan en el clima de polarización que vive el país, con dos candidatos en extremos ideológicos opuestos y unas tercerías tratando de presentar una alternativa de centro para superar esa polarización. Además, también hay semejanzas en el proceso mismo y en las etapas de las elecciones, en los programas y propuestas de los candidatos y en la búsqueda de alianzas con diferentes partidos u organizaciones.
El análisis comparativo de todos estos aspectos excede con mucho el alcance de esta columna. Por ello, me limitaré a considerar los resultados cuantitativos del proceso de 2018 en sus tres etapas: las consultas interpartidistas y la primera y la segunda vueltas para presidente, en particular tratando de establecer para dónde se fueron los votos de Sergio Fajardo y Humberto de la Calle.
Las consultas interpartidistas
En 2018 se realizaron dos consultas interpartidistas en la misma fecha de las elecciones parlamentarias: la de la derecha, entre Iván Duque, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, y la de la izquierda, entre Gustavo Petro y Carlos Caicedo. Con anterioridad, el partido Liberal había realizado una consulta interna entre Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo, con muy magros resultados.
En las consultas participaron 9.3 millones de personas. La más exitosa fue la de la derecha, que obtuvo 2.6 millones más que la de la izquierda y, dentro de ella, Duque barrió con el 67 % de los votos, mientras que Marta Lucía consiguió el 25 % y Ordóñez el 6%. En la de la izquierda el triunfo de Petro fue más contundente: obtuvo el 85 % de los votos.
Como había partidos y candidatos que no participaron en la consulta, los votantes para las elecciones al Senado fueron muchos más (18.7 millones), de los cuales 3.2 millones fueron en blanco, nulos y no marcados. La abstención fue de 51.1 %.

En 2022, hubo una tercera consulta ‒la de la Esperanza‒ y se revirtieron los resultados, pues aumentó el total de votantes a 11.7 millones. Para el Senado se redujo la votación a 18.2 millones y la abstención subió a 53.1 %
La consulta triunfadora fue la del Pacto Histórico, que aumentó su votación en 2.2 millones respecto de 2018 y obtuvo 48 % del total de los votos, mientras que la de la derecha redujo su apoyo en casi 2 millones de personas y se quedó con el 34 % del total. La de la Esperanza solo alcanzó el 18 % de los votos.
En el Pacto Histórico volvió a barrer Petro, con el 81 %, pero la sorpresa fue Francia Márquez, que obtuvo 785.000 votos. En el Equipo Colombia, los candidatos con fuertes maquinarias políticas ‒Char, con Cambio Radical, y Barguil, con los conservadores‒, solo obtuvieron 18 % y 16 % de los votos, respectivamente, mientras que Federico Gutiérrez alcanzó el 54 %, sin maquinaria propia, pero con el apoyo del uribismo.
Las elecciones presidenciales de 2018
Además de los dos ganadores de sus consultas, en la primera vuelta participaron otros cinco candidatos, entre ellos Sergio Fajardo, Humberto de la Calle y Germán Vargas Lleras. Ganó Duque con 7.57 millones de votos y segundo fue Petro con 4.85 millones, es decir, una diferencia de 2,7 millones de votos.
Se demostró que las maquinarias que eligen parlamentarios no funcionan para las presidenciales: la lista de Cambio Radical obtuvo 2.16 millones de votos y Vargas Lleras solo 1.4 millones, mientras que la lista del partido liberal consiguió 1.9 millones de votos, casi 5 veces más que los 399.000 de Humberto de la Calle
Los candidatos azules (incluyendo a Germán Vargas) sumaron 9.09 millones de votos que, con una altísima probabilidad, no votaron por Petro en la segunda vuelta. La pregunta relevante es: ¿en la segunda vuelta para dónde se fueron los 4.99 millones de votos de Fajardo/de la Calle?
El siguiente cuadro da una respuesta:

Lo primero que resalta es que, en contra de la creencia extendida de que como Fajardo se fue a ver ballenas muchos de sus seguidores lo imitaron y votaron en blanco, solo hubo 407.000 votos en blanco más que en la primera vuelta, es decir 8.2 % de los votos “verdes’ del cuadro.
Duque triunfó con 10.37 millones de votos, lo que representa un aumento de 1.28 millones frente a lo obtenido por los candidatos “azules’ en la primera vuelta, mientas que Petro aumentó su votación en 3.18 millones, de manera que la diferencia con Duque se redujo a 2.34 millones.
Petro logró atraer el 63.8 % de los 4.99 millones de votos de Fajardo/de la Calle. Duque solo capturó el 25.7 % de los votos “verdes”, a pesar de todas las condiciones favorables que tenía, entre las cuales se pueden mencionar tres: era “el que dijo Uribe” y tenía el apoyo abierto del Centro Democrático, con la mayor bancada en el Senado; representaba la oposición a un gobierno desgastado y venía con el impulso del triunfo del No en el referendo y su campaña era la oposición al Acuerdo de Paz.
Si se repite esta historia en 2022 y la segunda vuelta es entre Petro y Gutiérrez, Petro será el nuevo presidente. Si la historia hubiera sido distinta en 2018 y Fajardo hubiera pasado a la segunda vuelta, la gran mayoría de los votos “azules” se hubieran ido contra Petro y Fajardo habría sido el ganador.
Esa historia no se dio hace cuatro años, pero podría darse ahora.
Mauricio Cabrera
Publicado en la revista Cambio
Abril, 2022