Abrir la conciencia cuando se experimentan cosas diferentes, entrar a otros planos donde se vive el eterno presente y se encuentra el alma. Fui testigo y parte de un encuentro sin tiempo ni espacio.
Caminábamos por las calles de Ginebra rumbo a la cita esperada, mientras nos preguntábamos si creíamos en la reencarnación…
La respuesta la obtuvimos cuando, de repente, vimos a la derecha un letrero que decía ALHAMBRA. Yo comenté: ahí está la respuesta. ¿Cómo no creer? ¡Qué sensación tan especial! ¿Sería una señal? ¿Una coincidencia? O, simplemente, ¡una afirmación!

Sigo creyendo en la reencarnación porque lo siento en mi ADN. Me gusta creer, me da paz y seguridad… Ya conocía este plano terrenal ‒y Darío también‒, y hoy nos encontramos con ella. Una persona que fue parte del pasado de Darío: ¡su hermana! Esta es la razón por la que hicimos el viaje a Ginebra, para conocerla, sentirla, oírla y seguir creyendo que es ella.
Todo empezó durante la pandemia, con las reuniones por zoom. Darío y sus innumerables conexiones hicieron realidad un curso de medicina homeopática y cuántica, dictado por un sabio en este tema que vive en Lugano, Suiza. Durante tres meses, además de aprender, conocimos a Paola, su hija.
Ella se dedica al chamanismo y a la práctica holística: es su profesión. Comenzó hace unos meses unas sesiones en privado con Darío para ayudarle a encontrar sus cuatro puntos de constitución, de manera que le sirvieran para resolver sus problemas crónicos de salud.
En la segunda sesión, que fue como una terapia ‒preguntas que iban desde hoy hasta el ayer remoto‒, Darío habló de la muerte de su hermana Gloria. Ella era azafata de Avianca y en 1959 murió en un accidente aéreo en un vuelo de Bogotá a Lima, Perú.
Después de hablar de este tema, Darío sintió que frente a la pantalla ¡estaba sentada su hermana! Un frío recorrió su cuerpo y ella lo notó. ¿Qué pasa? ‒le preguntó. Él, con lágrimas, le dijo: Paola, te pareces mucho a mi hermana. Ella guardó silencio y luego le respondió: bien podría ser. Quiero contarte que desde niña le he tenido miedo a los aviones. He vivido tres intentos de accidente aéreo y he trabajado mucho tratando de sanar ese terror. Haciendo eso, te cuento que una vez soñé que moría en un accidente aéreo…
¿Coincidencia? Y esto no es lo único: hay más detalles y similitudes que te hacen preguntarte: ¿reencarnación? No hay certeza alguna, pero se percibe una honda conexión de años. Un cariño mutuo se sintió y las ganas de conocerla fueron cada vez más intensas.
Esta ‒por llamarla de alguna manera “Diosidencia”‒, sí que te hace temblar. Nos citamos con ella y sus niños en Ginebra, en un lugar donde venden pianos: 15 Rue de la Rotisserie. Resultó que al frente… está un teatro llamado Alhambra (así, en español). ¿Por qué la cita fue allí? Paola no sabe lo que siento por la Alhambra… Lo escribí en un articulo llamado “La magia del pasado en La Alhambra”. (*)
¿Qué pensar de toda esta mezcla de sentimientos y coincidencias? ¿Tú creerías en las vidas pasadas?

Así comenzaron dos días intensos, donde fuimos redescubriendo la cantidad de similitudes entre Paola y Gloria. Paola nos llevó a dar la vuelta al lago Leman, visitando cada pueblo: Morges, Lausanne ‒donde se observa el lago con el encanto de la tarde soleada y las rocas como vivas al movimiento del agua‒, Montreux, donde caminamos por sus calles en subida, degustamos el vino de la región, con salchichón y panecillos de queso, y Villeneuve, donde nos tocó la caída del sol. Allí tomamos una bebida anaranjada que muchos tenían en sus mesas.

Mientras tanto, iban y venían muchas preguntas, conociendo a esa mujer sensible, diferente por el gran don de ver un poco más allá. A esto se dedica: a ayudar a muchos a encontrarse y a avanzar por la geometría de la vida, como lo llama ella. Una geometría que no terminamos de conocer y por eso muchas veces vivimos la vida sin encontrarle sentido y privándonos de ser felices.
Paola considera este encuentro como un gran paso, al tener claro el porqué de sus debilidades, ver las causas y entender ciertos comportamientos. Ya quisiéramos muchos que la vida nos diera la oportunidad de conocer el pasado y así mejorar el presente para entender que la vida terrenal es corta y es AHORA, y que nuestra misión es ser felices, disfrutando y agradeciendo con conciencia cada instante.
Terminamos este breve encuentro con el alma llena. Por mi parte, maravillada con esta historia que me inspira a contarla y compartirla porque me enorgullece ser parte de ella.
Pilar Balcázar
Noviembre, 2021
(*) www.exjesuitasentertulia.blog/?s=La+magia+del+pasado