Reactivar el alma

Por: Jesús Ferro Bayona
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Dentro de una visión integral de la reactivación social, debe ser prioridad el rescate integral del ser humano y de su dignidad.  Decía san Ignacio de Loyola, en un contexto religioso, aplicable a nuestra situación: ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?

La reactivación económica que se está dando en el país es un hecho comentado a diario en las noticias. Y aunque no existe consenso entre los economistas al momento de analizar los datos, las cifras del DANE a noviembre de 2021 muestran que ha habido recuperación del mercado laboral, el producto interno bruto, las exportaciones, la construcción y otras áreas relevantes. No es poco decir que la economía va mejor ahora que durante la pandemia. 

Hasta los partidos de fútbol que se han jugado en Barranquilla para clasificar al Mundial de Catar en 2022 son celebrados por los efectos positivos que tienen en la economía local. Si a la satisfacción por los efectos económicos se le añade la euforia, esa sí desbordada, y patente en las incontables camisetas amarillas que se ponen los hinchas, puede deducirse que estamos superando el estado de postración anímica colectiva causada desde cuando la pandemia nos invadió hace ya casi dos años. Ese estado de ánimo colectivo es saludable frente a los costos en vidas humanas y el sufrimiento que ha repartido el insoportable virus.

No obstante que el mejor estado de la economía ha traído consigo una repercusión anímica colectiva, me pregunto si puede igualmente decirse que se está dando una reactivación del alma. Profesionales de la salud cuentan historias que dejan la duda: muchos individuos no salen de sus casas debido a temores que sienten, como si en la calle estuvieran esperándolos cientos de amenazas; otros no son capaces de tomar un taxi, y piden ayuda para embarcarse en él, simplemente por miedos incontrolables; hay innumerables seres que siguen sumidos en una tristeza o depresión que no saben manejar, pero que los consume ante las incertidumbres que los atropellan tras estos dos años. 

Al salir del campo de concentración de Auschwitz, el escritor italiano Primo Levi se preguntaba, refiriéndose a sí mismo, si podía llamarse ser humano a quien trabajó en el fango, maltratado por los nazis; a quien había sufrido humillaciones, a quien había tenido que pelearse con otros prisioneros por un pedazo de pan. Al ir saliendo de este túnel de la pandemia, hay tantos que se preguntan con Primo Levi si todavía son seres humanos que pueden vivir con plenitud. Es una pregunta tan antigua como la que se hacía el esclavo de la caverna de Platón cuando pudo salir de la oscuridad, y al mirar al sol quedó cegado por la luz. No sabía si era posible vivir bajo tanta luz. 

Los griegos inventaron la palabra psique, hoy usada preferentemente en psicología –que obviamente remite a ella– para nombrar el alma. No debiera perderse su significado etimológico ni su trascendencia para que no quede la idea de que la reactivación económica resolverá por sí sola los inmensos problemas y encrucijadas que enfrenta la humanidad. 

Dentro de una visión integral de la reactivación social, debe ser prioridad el rescate integral del ser humano y de su dignidad.  Decía san Ignacio de Loyola, en un contexto religioso, aplicable a nuestra situación: ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?

Jesús Ferro Bayona

Publicado en El Heraldo (Barranquilla)

Noviembre, 2021

2 Comentarios

Jorge+Luis+Puerta 10 diciembre, 2021 - 10:00 am

Y, en ese contexto, Chucho, hay una cantidad de costumbres, de prácticas, de paradigmas que debemos darnos a “desaprender”, para hacer más liviana al alma…

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Hernando+Bernal+A. 10 diciembre, 2021 - 11:29 am

Chucho: yo creo que el problema de fondo es rediseñar la ECONOMIA y poner en duda (entre paréntesis como dicen los filósofos) el significado de asuntos tales como el desarrollo, el crecimiento y el bienestar. No es negarlos en una actitud nihilista, sino redefinirlos en el marco de parámetros hondamente humanos como son LA EQUIDAD y la SOLIDARIDAD, y con una visión pragmática en términos de SOSTENIBILIDAD en sus múltiples acepciones: ecológica, climática, social, individual, organizacional y planetaria, Pero es una tarea en la cual estamos en peligro de fallar, en razón de la recuperación económica con parámetros antiguos que es preciso revisar. Gracias por tus reflexiones. Saludos.

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