Miopía y desinterés

Por: Francisco Cajiao
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En lo poco que se conoce de las campañas no se habla de transformaciones profundas. Si algo muestra cuál es la visión de largo plazo de un país es su sistema educativo, pues en la formación que se ofrezca a los ciudadanos descansa su capacidad de progreso social, económico, político y cultural.

Estudios realizados durante la pandemia señalaron un incremento de los casos de miopía infantil. La dificultad de ver con nitidez a la distancia, decían, puede deberse al confinamiento, que obliga a estar en espacios cerrados donde la visión no tiene horizonte.

Pareciera en esta campaña política que los candidatos han sido afectados por el mismo mal y su visión no va más allá de sus narices. Están ocupados en cautivar a su electorado para que vote en un mes, lo que significa una mirada muy corta. Pero llevan más de un año en campaña y aún no salen los temas que definirán el rumbo del país para las próximas décadas.

Recordemos aquello que el gato le decía a Alicia en la obra de L. Caroll: “El que no sabe a dónde va, corre el riesgo de llegar a cualquier parte”, que traducido a lo nuestro sería: al que no sabe para dónde va, cualquier bus le sirve (hay muchos oportunistas que cada vez se suben a un bus distinto). No es suficiente que unos digan que van para la izquierda; otros, para el centro y, otros, para la derecha, sobre todo cuando no se sabe de qué están hablando en concreto, ni están planteando visiones de largo plazo que permitan comprender a dónde imaginan que llegaría el país en quince o veinte años, gracias a su inspiración y acción de los próximos cuatro.

Si algo muestra cuál es la visión de largo plazo de un país es su sistema educativo, pues en la formación que se ofrezca a los ciudadanos descansa su capacidad de progreso social, económico, político y cultural. Las grandes diferencias sobre la concepción del futuro en materia de ciencia, tecnología e innovación, así como en la consolidación de las instituciones democráticas, la justicia o la equidad, se reflejan en el tipo de educación que se ofrece desde la primera infancia. No basta, por lo tanto, tener programas de gobierno plagados de lugares comunes, que es lo que en este momento parecen ofrecer los candidatos.

La educación, además de ser un derecho fundamental de la persona, es un derecho colectivo, pues gente más educada aporta mayor riqueza a toda la sociedad. Es indudable que la carencia y mediocridad de la educación son un factor que pesa mucho en la ampliación de las brechas sociales y la reproducción de la pobreza. Por esto es inexplicable que tantos candidatos hablen tan poco de una función del Estado de la cual depende la mayor riqueza de una nación, que es su gente.

En lo poco que se conoce de las campañas no se habla de transformaciones profundas, como las que ya han hecho muchos países del mundo, no se cuestiona el sistema de gestión, no se examinan las consecuencias que ha dejado la pandemia y que probablemente tendrán impactos prolongados. Se proponen jornadas extendidas, pero no se cuestionan los meses de ausentismo que cada año se producen por causas diferentes. Se mencionan programas para el cuatrienio, pero no se abordan cambios estructurales que apunten a desarrollar amplios sectores de la economía o de las instituciones.

El desarrollo educativo de los países que han dado grandes saltos en las últimas tres décadas, así como antes sucedió con los países industrializados en Norte América y Europa, ha ido de la mano de grandes proyectos científicos, energéticos e industriales planteados para realizarse en décadas y no en años.

No debería hablarse de la salud sin mencionar la educación en salud desde la primera infancia hasta la investigación de frontera. O pensar en reformas de la justicia sin incluir la formación de ciudadanos convencidos de la importancia de la ley y de la majestad de quienes la protegen. O del impulso de la agricultura sin que a ella esté íntimamente ligada la cadena de formación de quienes trabajan el campo.

Nuestra humanidad es mucho más por gracia de la educación que de la genética. Por eso, si la educación está ausente, está ausente la humanidad.

Francisco Cajiao

Mayo, 2022

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