El manejo de la pandemia que estamos viviendo ha debido convocar a los países de América Latina. Si nos hubiéramos unido cabría la posibilidad de desarrollar una vacuna latinoamericana contra el COVID-19. O, también, pensar en una criptomoneda común.
El COVID-19 es un llamado a la unidad latinoamericana. Históricamente, ha habido imperios dominantes y hasta no hace mucho los imperios se creaban a sangre y fuego; sin embargo, ahora, ante el riesgo de la mutua destrucción por las armas atómicas, se compite en guerras frías; la primera, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta poco antes del fin del siglo pasado, entre Estados Unidos y Rusia, que ahora es entre Estados Unidos y China, aunque sin alcanzar las mismas dimensiones.
Hoy, la competencia es por los mercados de bienes y servicios, que va a ganar quien tenga más peso en el mercado mundial. La cereza en el pastel es la dominación monetaria y financiera, pues le permite al poder dominante emitir dinero impunemente para apalancar su propio crecimiento y competitividad.
En contraposición, para los países pobres la emisión monetaria está limitada por el mercado interno, so pena de generar inflación y ruina generalizada. Por ello, se ven obligados a endeudarse en moneda fuerte, volviéndose así cada vez más dependientes del poder dominante. Pensemos, por ejemplo, en Venezuela: no obstante tener las mayores reservas de petróleo del mundo, ha caído en la hiperinflación y la pobreza por su falta de disciplina fiscal e ineficiencia general.
Las monedas dominantes en el mundo son el dólar estadounidense, el yuan chino, el euro y el yen japonés. De estos países, Japón es la nación con mayor nivel de deuda pública en comparación con su producto interno bruto, actualmente de alrededor de 2.5 veces. La emisión monetaria inorgánica no ha cesado en Japón desde la década de 1980, cuando el país experimentó una enorme burbuja inmobiliaria que generó una gran crisis económica. Como los economistas saben, las crisis financieras se solucionan mediante emisiones monetarias y es lo que están haciendo los países con monedas fuertes debido a la crisis provocada por el COVID-19.
Seguimos muy lejos de lograr una unión latinoamericana. El desarrollo de una vacuna contra el COVID-19 fue una oportunidad perdida por falta de confianza en nosotros mismos. Ahora que la vacuna Soverana-2 de Cuba ha sido autorizada por la Organización Mundial de la Salud, qué bueno habría sido aliarnos para generar nuestra propia vacuna, no solo con Cuba, sino también con Brasil, donde también se está desarrollando otra contra el COVID-19. Aliarse respetando las ideologías de cada país y sin entrometerse en asuntos internos, lo que de todas maneras ni hacemos ni podemos hacer.
Por otro lado, en Colombia, la autorización de la Superfinanciera a algunos bancos para explorar el uso de las criptomonedas es positiva. China está avanzando rápidamente en una criptomoneda respaldada por el yuan; en India, está en trámite una ley para prohibir el uso de criptomonedas extranjeras, pendiente de su propia emisión.
Pero aún más importante que explorar el uso de las criptomonedas, es disminuir el uso del dinero físico, aumentando al mismo tiempo los pagos digitales para ganar tiempo y transparencia. De todas maneras, el cada vez mayor uso de las criptomonedas parece imparable.
¿Contribuirán estas a una mayor autonomía financiera para los países emergentes? ¿Deberíamos en Colombia desarrollar una criptomoneda respaldada por el Banco de la República? ¿Llegaremos a tener en Latinoamérica una criptomoneda común? Además, ¿qué tanta emisión inorgánica de dinero puede soportar un país como Colombia, sin generar inflación?
Sin duda, de mantenerse una adecuada generación y distribución de bienes y servicios algún margen habrá. Los paros y protestas recientes en varios países de la región, producto de la inestabilidad social y política, han generado inflación de productos alimenticios porque interrumpen las cadenas de suministro y producción, lo que representa un peligro mayor que una moderada emisión monetaria.
Pandemia y criptomonedas son temas muy complejos, pero lo menos que puede hacerse en esta situación de crisis es investigar e innovar.
Juan L. Gómez
Octubre, 2021
1 comentario
Creo que es difícil que lleguemos a una criptomoneda común. En la actualidad hay más de 8500 criptomonedas en el mundo
(https://gestion.pe/fotogalerias/criptomonedas-que-son-como-funcionan-que-otras-existen-noticia/), y casi que a diario surgen nuevas de estas monedas virtuales.