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Los perros de Francisco

Por Jesús Ferro Bayona
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Un asunto que parece preocupar al Papa es que las parejas prefieran tener perros y gatos en vez de hijos. Es entendible porque la Iglesia, según su doctrina, promueve la propagación de la especie humana, y ahora con más motivos, cuando la tasa de natalidad en algunos países más ricos ha bajado notablemente en aras de llevar una vida sin cargas y hedonista. 

Me han gustado desde niño las estampas de San Francisco de Asís entre animales, en las que aparece acariciando a un lobo o a un perro, ambos de la familia de los cánidos. Igualmente, saboreo los versos de Baudelaire sobre los gatos: 

“Aman siempre los novios y los sabios altivos,

 mientras su incomprensible locura los abrasa,

a los gatos solemnes, orgullo de la casa,

que son también como ellos, sedentarios y esquivos”.

Esas imágenes idílicas se han complicado a raíz de las reacciones críticas que han provocado las palabras que pronunció el papa Francisco el pasado 6 enero. Cuando leí lo que dijo el Pontífice, entendí mejor: 

“Muchas parejas no tiene hijos porque no quieren o tienen solamente uno porque no quieren otros, pero tienen dos perros, dos gatos. (…) Sí, perro y gatos ocupan el lugar de los hijos. Sí, hace reír, lo entiendo, pero es la realidad. Pero este hecho de renegar de la paternidad y la maternidad nos rebaja, nos quita humanidad”. 

Se argumenta además que el Papa no tiene la experiencia de tener hijos y, por lo tanto, no puede hablar con propiedad del asunto. Hubo un papa ‒y no fue el único‒ como Alejandro VI en el siglo XVI, que tuvo dos hijos: César y Lucrecia Borgia. A César lo puso al frente de los ejércitos de los Estados Pontificios. Hay que ver la crueldad con la que llevó la guerra a los reinos de Italia, haciendo infelices a muchos y matando a miles. A su amada Lucrecia la entregó en matrimonio a varios príncipes buscando más poder.  Se sabe que Alejandro no fue mejor Papa por tener hijos ni su experiencia como padre le ayudó para ser la cabeza visible de una Iglesia que debía orientar moralmente a las familias católicas de su tiempo.

Tampoco se deduce de las declaraciones que el papa Francisco esté en contra de tener como mascotas a perros y gatos. Por algo escogió por nombre de Pontífice el de Francisco de Asís, el santo amigo de los animales. Pese a la sentencia de lord Byron ‒a quien se le atribuye la frase “cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro”‒, muchos comparten sin tener mascotas en su hogar. Lo que no parece muy razonable, sino más bien extravagante, es tratar a perros y gatos como si fueran humanos, y con tal devoción que sus dueños se exceden en los mimos que les brindan. 

Un amigo me contó que conoció en Nueva York a una dama excéntrica que siempre que viaja a París compra dos tiquetes de avión costosísimos en primera clase: una silla para su perro y otra para ella. 

El asunto que parece preocupar al Pontífice es que las parejas prefieran tener perros y gatos en vez de hijos, lo que es entendible porque la Iglesia, según su doctrina, promueve la propagación de la especie humana, y con más motivos ahora cuando en algunos países más ricos ha bajado notablemente la tasa de natalidad en aras de llevar una vida sin cargas y hedonista. Su preocupación, no obstante, no debe desconocer que las parejas son libres de escoger la paternidad o de renunciar a ella, sin que eso sea motivo de reprobación moral. Por el contrario, son decisiones en conciencia que hay que respetar. 

Jesús Ferro Bayona

Enero, 2022

Publicado en El Heraldo (Barranquilla)

3 Comentarios
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3 Comentarios

Vicente Alcala 24 enero, 2022 - 8:09 am

Muy interesante,.simpatico y didáctico artículo.

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Reynaldo+Pareja 24 enero, 2022 - 12:14 pm

Mi estimado Ferro. Equilibrada tu reflexion. Creo que la mas autentica paternidad es la que a conciencia, con pleno conocimiento y analisis, la pareja decide cuantos hijos quieren tener porque pueden darles lo basico para que se conviertan en seres valiosos para la evolucion de la humanidad. Los dos hijos del Papa Alenadro VI distan mucho de haber sido los hijos criados con una orientacion etica y moral que hayan dejado una huella positiva en la evolucion de la humanidad en ese momento. Querer, dar techo, comida, vestido y educacion moral y etica a los hijos que se desean tener es mucho mas meritorio que simplemente “echar niños” al mundo porque hay que mantener la especie humana viva….

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jesús+ferro+bayona 24 enero, 2022 - 2:14 pm

Reynaldo: Tu comentario ratifica lo sostenido en mi artículo. Los padres son los que deciden cuántos hijos quieren tener, a conciencia y con responsabilidad por su futuro.

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