Hay hechos, hay palabras, hay prejuicios, hay sentimientos, hay interpretaciones, hay deseos. En este artículo hay un poco de todo eso. Gustavo Petro visitó al papa Francisco hace unas semanas y ahora van a cumplirse cinco años de la visita del Papa a Colombia. El presidente electo pronunció un discurso la noche de su elección y Francisco habló muchas veces en varias ciudades del país.
Anoche (19 de junio de 2022), escuché todo el discurso de Gustavo Petro con motivo de su victoria en las elecciones para presidente de Colombia, como también escuché los agradecimientos de Francia Márquez, la elegida vicepresidente. Espontáneamente, recordé que Petro, en la reciente época de campaña, visitó al Papa en el Vaticano.
Me asaltaron varias preguntas: ¿qué hablarían los dos?, ¿qué impacto pudo ejercer esa visita?, ¿cuánto se parecen varios apartes del discurso del nuevo presidente con otros apartes de los mensajes del Papa en Colombia?
Hay prejuicios, fundados o infundados, sobre el pasado lejano y reciente de Petro; hay prejuicios sobre la figura de Francia Márquez y lo que representa. Esos prejuicios están acompañados de sentimientos, que muchas veces son de rechazo. No quiero dejar de mencionar el agradecimiento que expresó Francia, a Dios y a la Virgen María.
Hay interpretaciones que dependen de muchos factores: de las propias situaciones, gustos y maneras de pensar; de la influencia de los medios de comunicación y la información que divulgan (verdadera o falsa); de los antecedentes o acontecimientos pasados, etc.
Hay deseos, del pueblo colombiano o, más exactamente, de los grupos y personas. Deseos sobre el tipo de cambio que se quiere en nuestra sociedad… Hay un deseo por que le vaya bien al presidente electo, porque acierte y porque cumpla. En una palabra: un deseo por que le vaya bien a Colombia y a los colombianos.
No soy periodista y, por tanto, no garantizo los detalles exactos de lo que voy a decir. Además, lo que expreso, lo comparto sinceramente como lo pienso y lo siento, pero invito a que ustedes lo confronten con sus propios pensamientos y sentimientos. Algunos escucharían el discurso de anoche y otros ni siquiera quisieron o pudieron escucharlo.
Valga una cuña sobre nuestro exjesuitasentertulia.blog: esta mañana se publicó un artículo sobre el populismo, hace unos días se publicó otro sobre el cambio, más atrás se publicó otro sobre la visita del Papa a Colombia. Vale la pena leerlos, entre otros.
Se me olvidó enunciar que también hay dudas. Dudas que reflejan confianza o desconfianza. Dudas sobre la sinceridad de las palabras, sobre el cumplimiento de lo prometido, sobre la posibilidad de lograr lo que se desea…, sobre la verdad (¿quedó faltando algo?).
Y después de tanto preámbulo lo que quiero decir es que me gustó el discurso. Lo sentí optimista, positivo, reconciliador, esperanzador, globalizante con el continente y el mundo.
Me gustó el sentido del cambio que se quiere; cambio del amor por el odio, de la esperanza por el pesimismo; cambio por la justicia social y ambiental frente a la injusticia, la esclavitud y el deterioro de nuestro territorio y del planeta; cambio de la discriminación, el menosprecio y la indiferencia por la solidaridad y la inclusión. Me gustó que no se quedó en críticas a los otros. Me gustó la invitación a todos para el perdón, el diálogo, la colaboración por el bien común de Colombia.
Otra cosa que quiero decir sobre el discurso es que percibo, si no influencia, sí coincidencia con los mensajes del papa Francisco: sobre la fuerza del perdón, la grandeza del amor, la construcción de un mejor futuro en la Colombia que quiere crecer y seguir adelante sin enredarse en viejas historias; el amor en el corazón de cada hijo e hija de este país que no es selectivo, no excluye a nadie, abraza a todos; la alegría del construir y compartir, construir en la verdad, la justicia y la paz; la decisión de no aceptar ninguna forma de corrupción, de erradicar todos los tipos de esclavitud que perduran; respetar y proteger los recursos naturales y culturales en bien de las generaciones venideras, especialmente de la Amazonia para el bien de la humanidad entera.
Al presidente, y a todos nosotros nos conviene recordar otras palabras del Papa: su aprecio por la calidad humana de los colombianos, hombres y mujeres; su insistencia en que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua (no podemos descansar) y que exige el compromiso de todos; su invitación a los esfuerzos que deben continuarse para poner fin a la violencia armada y encontrar caminos de reconciliación; el entender que no es posible convivir en paz sin hacer nada contra aquello que corrompe la vida y atenta contra ella, como el narcotráfico; hay que ser caritativamente firmes en aquello que no es negociable, hay que construir la paz desde una corrección que no quiere expulsar, sino integrar.
Y, desde luego, como recuerda en todas sus intervenciones papales, todo lo anterior es posible si nos llenamos de la luz del Evangelio y si entendemos que Jesús es el mensajero de la paz, que siempre nos trae buenas noticias, que ha vencido el mal, el pecado y la muerte, que siempre está con nosotros y que nos invita a unirnos a Él para construir una sociedad de verdad, de justicia y de paz.
Vicente Alcalá Colacios
Junio, 2022
6 Comentarios
No voté por Petro, por puro susto de su personalidad. Pero su triunfo fue contundente. Su discurso me encantó. Había momentos en que e parecía estar oyendo al Papa Francisco. Su triunfo me obliga a aceptar una nueva realidad y estoy dispuesto a cambiar de chip en adelante.: mirar siempre hacia el futuro, sin volver la mirada hacia atrás con lamentaciones sobre lo que pudo haber sido y no fue, sin estarme repitiendo interna ni ex ternamente aquél “se los dije”. Me he hecho el propósito de eliminar, sin reenviar, los memes burlescos as costillas de los demás, o los memes o comentarios negativistas. En los años que me queden, que supongo no serán muchos, espero contribuir con comentarios positivos, constructores. Ojalá lo logre a la larga, pues espero que, en medio de los altibajos propios de nuestra naturaleza, el resultado final del resto de mi vida sea más de aportes positivos que negativos.
Por eso, que viva Petro, que alcance a hacer bastante de lo mucho anhela lograr, para bien de todos los colombianos.
Hola Vicente.
Me gusta tu positivismo y esperanza con el que estás recibiendo la elección de Petro. Quisiera poder asimilarla, pero te confieso que me es muy difícil. El problema que tengo es de credibilidad. No puedo creer que Petro sea sincero con lo que dice, ni con lo que promete. Para mí, es una persona de gran capacidad para entender qué quiere oír su audiencia y eso es lo que transmite. Su visita al Santo Padre no dejó, para mí, de ser una actuación más en su búsqueda planeada del triunfo en las elecciones. Fue una pantomima más, como las que vimos en las últimas semanas preelectorales: lo vimos cocinando, cortando caña, pescando, etc. Es un actor de conveniencia.
Ante las circunstancias, no me queda más que aceptar la realidad y esperar a que se cumpla tu deseo y logre un cambio equitativo. No sé si los compromisos adquiridos con sus colaboradores y seguidores le permitan realizar lo ofrecido sin acudir a la tergiversación y la transgresión de las normas democráticas.
Dios escuche nuestros ruegos y podamos forjar un país mejor. Recuerdo que nos decían: Si Dios pudo hacer tanto con la quijada de un burro, qué no podrá hacer con el burro completo.
Un abrazo.
Quiero y hago mi mayor esfuerzo por créerle al nuevo Presidente. Más cuando su escrito está lleno de verdades. Sin embargo cuando veo la realidad, su campaña, las personas que lo acompañan y con las que se rodeó, la forma como de la noche a la mañana consiguen 2.5 millones de votos, la administración realizada en la Alcaldía de Bogota. Me cuesta mucho trabajo creerle. Recuerde que el papel y las palabras aguantan todo. Que hubiera pasado si la situación fuera lo contrario. Pido a Dios que usted tenga la razón y Yo esté equivocado. Solo el tiempo nos permitirá saber quien la tiene y ojalá sea usted.
Vicente: maravillosamente expresada la voz de la esperanza y el deseo sincero por la consolidación de la fe en el país. Tu artículo abre nuevas vías para interpretar y transformar la realidad. En la base está la fe en Dios, que es lo único importante para la superación de las limitaciones humanas y la consolidación de la verdad. Muchas gracias. Hernando
Gracias Vicente comparto contigo..este mensaje esperanzador..hay que apostarle a seguir adelante..
Vicentillo, me identifico con tu comentario ante todo por tu visiíon católica de claridad y valentía hoy en día. ¡FELICITACIONES! Gracias a Dios te invité al almuerzo en el Club del Comercio…