La población creciendo

Por: Jesús Ferro Bayona
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Si la población más pobre del planeta tiene más acceso a la educación, su crecimiento ilimitado se regulará y no será una carga para el Estado por la vía de los subsidios y de otros costos, porque subsiste la duda sobre el refrán muy optimista que decía hasta hace poco que todo niño nace con un pan debajo del brazo.

El 15 de noviembre pasado, en la clínica de Nuestra Señora de la Altagracia, Santo Domingo, República Dominicana, nació Damián, el primer bebé que anotó el número ocho mil millones a los que llegó ese día la población mundial. El hito que marcó Damián era simbólico porque cada segundo nacen dos niños y cada cuatro minutos mil bebés en algunos de los cuatro puntos cardinales de la Tierra. Cuando se dio la noticia sobre Damián ya habían nacido mil bebés más y la cifra subió cuatro minutos después. 

Las cuentas que registra Worldmeter, uno de los mejores sitios web de referencia de datos sobre la población mundial, muestran un crecimiento poblacional vertiginoso: en un día nacen 270.000 personas y mueren 115.000. Por lo tanto, cada 24 horas el crecimiento mundial de individuos es mayor en 150.000 personas. 

Si Thomas Robert Malthus se hubiera levantado de su tumba en la que fue enterrado en 1834, al leer las noticias sobre el nacimiento del niño ocho mil millones, se habría devuelto aterrado a su lugar de reposo eterno. En efecto, el erudito británico Malthus había dedicado su vida al estudio de la economía política y demográfica de su tiempo. En 1798, en su libro Ensayo sobre el principio de la población, sostiene que la población mundial tiende a crecer en progresión geométrica mientras que los alimentos aumentan solo en progresión aritmética, un principio que tiene una actualidad impresionante ahora cuando han surgido los temores bien fundados de que el hambre aumente exorbitantemente en el mundo, dado que la población se encuentra siempre limitada por los medios de subsistencia, que son menores que el crecimiento demográfico de los individuos del planeta. No puede pronosticarse razonablemente, por tanto, la sostenibilidad alimentaria mundial, uno de los graves problemas de la humanidad que se añade a los del cambio climático.

De los estudios del investigador británico surgió el maltusianismo, el cual señala que los recursos de la Tierra no serán suficientes para alimentar a la población creciente del mundo. De ese principio se concluyó posteriormente que la única forma de lograr la supervivencia humana es con el control de la natalidad. Se formó una polvareda ‒que dura hasta nuestros días‒ con el pronunciamiento de Malthus porque, además, señalaba que eran los pobres los que se multiplicaban en mayor número debido en gran parte a que el instinto de reproducción era más fuerte que la razón para controlarlo, una afirmación que ha creado prejuicios en contra de la población más pobre del planeta. 

Al día de hoy, es más positivo pensar que con más educación para todos en control de la natalidad y planificación familiar se puede crear conciencia sobre una problemática que atemoriza frente al futuro. Si la población más pobre del planeta tiene más acceso a la educación, su crecimiento ilimitado se regulará y no será una carga para el Estado por la vía de los subsidios y de otros costos, porque subsiste la duda sobre el refrán muy optimista que decía hasta hace poco que todo niño nace con un pan debajo del brazo.

Jesús Ferro Bayona

Publicado en El Heraldo (Barranquilla)

Diciembre, 2022

2 Comentarios

EDUARDO JIMENEZ 1 diciembre, 2022 - 8:24 pm

Muy ciertas las conclusiones de Jesu, sobre la relación entre la educación y la procreación irresponsable y desenfrenada.
Sin embargo para hacer caso a sus conclusiones habría que dejar a un lado las funestas enseñanzas de SAN Juan Pablo II, quien atacó cuanto pudo el control de la natalidad, y a quien poco le importaron las consecuencias de sus enseñanzas.
El Santo Woytyla hace coro con otro santo, SAN José Marúa Escrivá de Balaguer (quien en su infinita modestia pidió, y se le concedió el título de Marqués de Peralta.)
Bien, Escrivá escribía: “Bendigo a los padres que, recibiendo con alegría la misión que Dios les encomienda, tienen muchos hijos”.
Es decir, segun este santo, la misión de los padres no es otra sino tener muchos hijos.
La opinión de ambos santos va en contravía de este artículo, pero cada uno que saque sus propias conclusiones. Cordiales Saludos.

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Jesús Ferro 7 diciembre, 2022 - 10:37 am

El Marqués de Peralta hubiera hecho más daño de haber nacido antes. Las familias antioqueñas serían más numerosas.Saludos.

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