La foto que publicó El Heraldo muestra la estatua de Colón ubicada al frente de la Iglesia del Carmen derrumbada y descabezada. La colonia italiana de Barranquilla había donado la estatua del navegante genovés en 1892 para conmemorar los 400 años del descubrimiento de América.
En una ocasión en que vino el embajador de Francia a la ciudad cuando yo era cónsul del país galo, noté su interés en que lo llevara al Paseo Bolívar a ver la estatua ecuestre en bronce del Libertador, copia de la original en el Monumento a los Héroes en Bogotá. La de Barranquilla fue obsequiada por Andrés Obregón en 1919 con motivo del primer centenario de la Independencia definitiva de Colombia.
Comprendí el interés del embajador después de escucharle que el escultor había sido el francés Emmanuel Frémiet, una de cuyas estatuas es la de Juana de Arco en la Plaza del mismo nombre, al lado del Museo del Louvre y al frente del Hotel Regina donde me he alojado algunas veces en París. Uno entiende y respeta los símbolos históricos cuando conoce su significado y se informa acerca del autor de la obra.
La foto que publicó El Heraldo en primera página donde se ve cómo derrumbaron y además descabezaron la estatua de Colón que estaba al frente de la Iglesia del Carmen produce indignación. Fue la colonia italiana de Barranquilla la que donó la estatua del navegante genovés en 1892 para conmemorar los 400 años del descubrimiento de América.

No fue un regalo oficial del gobierno italiano, sino de una comunidad de inmigrantes orgullosos de su compatriota y del autor de la obra Giuseppe Tomagnini, de la escuela de Pietrasanta, pequeña ciudad de la Toscana donde vive y tiene su taller el escultor y pintor colombiano Fernando Botero.
Las canteras de mármol de Carrara quedan cerca. De ellas mandaba extraer Miguel Ángel los bloques para sus esculturas, entre las cuales sobresale La Pietá, exhibida hoy en la Catedral de San Pedro en Roma. Un individuo perturbado mentalmente se acercó al hermoso conjunto artístico un día de mayo de 1972 llevando un martillo en la mano, y al grito de “Yo soy Jesucristo”, golpeó el rostro de la Virgen, el brazo izquierdo y el codo, causándoles graves daños, en particular a la nariz que quedó casi destruida. La restauración fue extremadamente difícil.
Igualmente pasará con la cabeza de la estatua de Colón que le arrancaron de tajo al tronco en el pasado ataque vandálico en Barranquilla, porque además se la llevaron y no se puede pensar así en una restauración adecuada.
“Los monumentos hablan” escribió Aníbal Tobón, a quien le escuché exponer con gracia y sensatez el sentido que tienen las obras artísticas en el espacio público. A la estatua de Colón, recién descabezada ahora, le hizo decir: “cuatro viajes hice desde España hasta este continente y casualmente como estatua he hecho cuatro viajes, todos ellos dentro de la ciudad”. Se refería a los distintos sitios en donde estuvo la de Colón antes de llegar a donde estaba hasta ahora.
“De la misma manera –prosiguió Aníbal, como si hablara Colón– que en persona me llevaron encadenado antes las cortes españolas, aquí en Barranquilla, para mudarme de un sitio a otro, han usado cadenas, cuerdas, poleas y grúas y cuanto invento mecánico el hombre se precia”.
¿Qué diría Colón, si Aníbal estuviera vivo para hacerlo hablar cuando se llevaron su cabeza?
Publicado en El Heraldo (Barranquilla)
4 Comentarios
Jesus Ferro: que buena descripción de este terrible hecho, que vergüenza que en Colombia sucedan estos hechos. No hay derecho a que se hagan estas cosas.
Derribar estatuas es un despropósito, como comenta Jesu con la de Colon en Barranquilla y como entiendo sucedió con la de Belalcázar en Cali. Al fin y al cabo, la estatua busca recordar las iniciativas de provecho que tuvieron estas personas, no sus defectos,
Al fin y al cabo siendo humanos, cometieron con seguridad muchos errores.. Si la idea es derribar estatuas de quienes en alguna ocasión obraron mal, vamos a comenzar con las de Bolívar (oh, sacrilegio!..) y con todas las demás. Nos quedaremos con las plazas sin estatua, y sigamos la norma del Exodo: “No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos, abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra”,
Así todos quedaremos contentos y nuestras plazas quedarán “peladas” sin esas hermosas esculturas.
Y en el caso de Colón, el hombre nunca nos hizo nada, ni siquiera llegó cerca de nuestras tierras. Ni siquiera en República Dominicana, donde no es muy venerado y pronunciar el nombre de Colón se considera “fucú” (mala suerte), han atentado (que yo sepa) con la estatua de Colón que está frente a la catedral.
Añado que en este caso, derribar la estatua de Colón obsequiada por la colonia italiana es una grosería considerable. El hecho que al parecer Colón no tenía nada de italiano ni nació en Génova, no le quita al hermoso gesto de esta colonia, ni a la barbarie de quienes derribaron su estatua.
Tienes toda la razón, Jesús. Una gran lástima la destrucción de esa valiosa obra de arte, donada por inmigrantes de origen italiano. Lo que me pone a pensar es que en el gesto del derrumbamiento y la decapitación de la estatua se nos revela otro país que tenemos dificultad para comprender: el de las comunidades indígenas, que difícilmente podrían entender que un personaje que le abrió la puerta a la invasión europea de sus territorios, siga siendo un símbolo para la Colombia de hoy. Esa rebelión indígena contra el pasado se extiende y agudiza cada día más sobre todo en la América andina, en Centroamérica y México. Es un drama histórico al que nos enfrentamos como naciones en el presente y el porvenir y se refleja cada día en la controversia sobre el cuidado del ambiente, la explotación de los recursos naturales no renovables, la resistencia de las autoridades a la consulta previa, etc. La destrucción de la estatua es un signo ominoso del drama que estamos abocados a enfrentar y resolver. Por el momento, se intenta la salida más expedita: se elimina a muchos líderes indígenas…
¿Por qué las sociedades llegan al extremo censurable de la iconoclastia? Colombia, Barranquilla no son la excepción. Son manifestaciones del cambio de época que HOY está sucediendo en el mundo. También Colón ha sido derribado y decapitado recientemente en Minnesota, en Boston y en otras ciudades de los Estados Unidos. Otras “víctimas” han sido el general Robert E. Lee de los Confederados en Virginia; Theodore Roosevelt en la ciudad de Nueva York; el rey belga Leopoldo II en Bruselas; el traficante de esclavos Edward Colston en Bristol; Jean-Baptiste Colbert, ministro de Finanzas de Luis XIV y autor del infame Code noir en Francia; Indro Montanelli, padre del periodismo italiano moderno y ex-propagandista del colonialismo fascista, Los lugares públicos ocupados por monumentos y esculturas, están ligados a la historia. Se mueven. Cada generación, cada grupo social tiene sus héroes y sus víctimas. Esto, sin justificar el atropello evidente, nos obliga a revisar la historia, a tener nuevos referentes. ¿Significa lo mismo Colón para un bogotano que para un wayúu? Aprovechemos esta oportunidad para reescribir los significados de lo público, desde muchos puntos de vista diferentes…