El español en la Costa

Por: Jesús Ferro Bayona
388 Vistas

Existen condiciones favorables para consolidar en el Caribe comunidades de enseñanza del idioma español e igualmente del estudio de la lingüística, la filología, la literatura, las humanidades y la historia de la cultura colombiana de manera intensiva, que es labor esencial que lleva a cabo el Instituto Caro y Cuervo. 

El pasado 25 de agosto, el Instituto Caro y Cuervo cumplió 80 años de haber sido fundado. Me gusta el sitio donde funciona la sede de Chía, en una hacienda al norte de la sabana de Bogotá, a la que llaman Yerbabuena, que con solo pronunciar su nombre hace que penetre con magia imaginada por el olfato el aroma de mentol y el limón de un jardín apenas humedecido por las gotas de un rocío mañanero.

En Yerbabuena, el Caro y Cuervo realiza la labor encomiable con la lengua española, que es la conservación y análisis de su incesante invención de palabras, de su volver a nacer, subirse por las ramas de las etimologías para conocer mejor no solo sus orígenes, sino también los cambios continuos con los que el habla común y popular la va tejiendo, a veces atropellando, para mantenerla viva en nuestros labios porque su destino es resurgir a diario para no caer en la fosa de las lenguas muertas. 

Una vez, en una tertulia con el expresidente Belisario Betancur, cuando se hallaba en los últimos años de su vida, se levantó con energía del asiento y se despidió de sus contertulios diciendo que ya se le estaba haciendo tarde para ir a Yerbabuena. Otro día me contó que ir a estudiar y a leer en la hacienda del Instituto Caro y Cuervo era un placer del alma del que no se quería privar en el ocaso de sus días. El entorno campestre del Caro y Cuervo ofrece la tranquilidad necesaria para la investigación y el estudio como debe pasar en las universidades que son claustros y ambientes de paz y reflexión.

Por esa razón, me pareció afortunada la idea que en la Academia Colombiana de la Lengua me insinuaron cuando fui elegido para ingresar como miembro correspondiente: que las universidades podrían replicar en las regiones la labor que realiza el Caro y Cuervo en Bogotá. Existen condiciones favorables para consolidar en el Caribe comunidades de enseñanza del idioma español e igualmente del estudio de la lingüística, la filología, la literatura, las humanidades y la historia de la cultura colombiana de manera intensiva, que es labor esencial que lleva a cabo el Caro y Cuervo. A ello se suman los aportes creativos que ha hecho nuestra región a la lengua castellana: nada menos que un Nobel de Literatura con García Márquez y ser tierra fecunda de escritores como Rojas Herazo, José Félix y Alfonso Fuenmayor, Cepeda Samudio, la poetisa Meira Delmar y Juan Gossaín, miembros estos últimos de la Academia de la Lengua, para mencionar algunos.

La Costa no es ajena a la producción de estudios filológicos del castellano, que creemos erróneamente propios del altiplano. Un ejemplo destacado es el Lexicón de colombianismos de Mario Alario di Filippo, nacido en Mompox, obra de obligada referencia en la materia, que el padre jesuita Félix Restrepo, autoridad de nuestro idioma, elogió cuando se publicó en 1964. Yo estudiaba ese año en la Javeriana y los elogios del padre Restrepo me rozaron cuando supo que yo era coterráneo de Mario di Filippo. Me imagino apenas lo que me hubiera dicho, si García Márquez ya fuera para entonces el Nobel de Literatura.

Jesús Ferro Bayona

Publicado en El Heraldo (Barranquilla)

Octubre, 2022

10 Comentarios
1

10 Comentarios

EDUARDO JIMENEZ 23 noviembre, 2022 - 5:58 am

Muy apropiadas las reflexiones de Jesu sobre el castellano. Que se cree un capítulo de la Academia de la Lengua en la costa colombiana me parece muy buena idea, ya que es el idioma mayoritario en esta región. Que haya diferencias entre el habla de la costa y el de otros lugares de Colombia y regiones hispanohablantes, los remito a los estudios de la filóloga Lola Pons Rodriguez. Su hermoso libro “Una lengua muy larga,” es un paseo por los hechos curiosos y las diferencias de nuestro idioma en las diferentes regiones donde se habla..
Finalmente, no puedo menos sino citar a Ernesto Sábato cuando en Bogotá alguien le dijo que en Colombia se hablaba el mejor español del mundo. Su respuesta fue:: “No. Se habla el mejor colombiano, que es distinto . Hay tantos castellanos como hablantes”.
Vale la pena anotar que pícaramente Sábato se definía como “candidato cinco veces fallido al Nobel de Literatura.” Lo que esto quería decir es que no contó con la opinión favorable de los 18 señores de la academia sueca, como tampoco contaron con esa opinion Proust, Cortazar, ni Borges por supuesto. O sea que el no contar con la opinion de esos 18 suecos no les resta ningún mérito, en mi oponión. Cordiales Saludos

Responder
Jesus Ferro Bayona 25 noviembre, 2022 - 10:34 am

Hola, Eduardo, tienes razón en tu anotación: el mejor idioma español es que se habla en cada lugar.Tomo nota del libro de Lola Pons, ¿dónde se consigue? Absolutamente, ¡la academia sueca se ha equivocado tanto!Saludos.

Responder
vicente alcala 23 noviembre, 2022 - 6:42 am

Querido Chucho, al leer el título pensé que se trataba de la inmigración en la costa. (No nos podemos dejar llevar por las primeras impresiones!)
Pero ya leí con gusto este bello e interesante artículo. Un abrazo

Responder
Jesus Ferro Bayona 25 noviembre, 2022 - 10:31 am

Vicente, ¿te confundiste con el tema de la inmigración que se dio por Puerto Colombia? Gracias.

Responder
Hernando+Bernal+A. 23 noviembre, 2022 - 10:12 am

Chucho: que maravilla que hagas una mención de la tarea del Caro y Cuervo, con el olor a Yerbabuena que tu recuerdas. Muy sentida también la memoria de Belisario, a quien todos recordamos con tanto afecto. Y no dudo que la Costa, con intelectuales y maestros tan notables, entre los cuales de sobra figuras tu, hacen un aporte continua y muy significativo al progreso y evolución de nuestro lenguaje. Saludos. Hernando

Responder
Jesus Ferro Bayona 25 noviembre, 2022 - 10:30 am

Hola, Hernando, gracias por tus palabras generosas. Un abrazo.

Responder
Humberto Sánchez Asseff 23 noviembre, 2022 - 3:52 pm

Chucho, como siempre: EXCELENTE. Me gusta como escribes. Cuando mencionas que la “casa Caro y Cuervo” tiene la misma edad nuestra, nos damos cuenta que los 80 no es un hito cualquiera. Muchos no lo alcanzan. Sentí el olor a yerbabuena mientras te leía. Acá en Cali ya hablan es de la yerba buena, pero esa es otra. Seguramente sabes cuántos años tenía Belisario Betancur cuando empezá a ir a la hacienda del Instituto Caro y Cuervo. Sube mi aprecio por Belisario cuando lo sé deleitándose con la filología. A mi me apasiona. Será que el Lexicon de Colombianismos todavía se consigue? Gracias de nuevo por seguir escribiendo. Un abrazo,

Responder
Jesus Ferro Bayona 25 noviembre, 2022 - 10:29 am

Hola,Humberto, buen detalle, casi tenemos la misma edad de la casa Caro y Cuervo. Con Belisario tuvimos una gran amistad y compartimos momentos muy agradables, era un gran conversador, una gran persona amante del idioma. Estoy averiguando si el Lexicón se consigue todavía, te contaré.Otro abrazo.

Responder
CHRISTIAN BETANCUR 24 noviembre, 2022 - 7:59 am

Felicitaciones, Jesús, por tu artículo. Eres un representante muy valioso ante la Academia de la Lengua desde hace ocho años. También se puede mencionar al filólogo Elías Muvdi, nacido en Palestina. Un gran saludo.

Responder
Jesus Ferro Bayona 25 noviembre, 2022 - 10:24 am

Gracias, Christian, por el comentario. Elías Muvdi falleció hace unos años. Con Carlos Rodado aquí y Juan Gossaín en Cartagena, quedamos ligados a la Academia de la Lengua.

Responder

Dejar un comentario