Desigualdades

Por: Jorge Ivan Gonzalez
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Uno de los artículos del plan de desarrollo dispone que cada año se publiquen cinco medidas de desigualdad: ingresos laborales, riqueza, inmobiliaria, tierras, activos financieros. La conjunción de estos indicadores permite tener una visión más comprehensiva de los cambios en la desigualdad.

La igualdad se puede interpretar de maneras muy diversas. A la pregunta más básica, ¿igualdad de qué?, Amartya Sen responde: “de las capacidades básicas”. En condiciones ideales, la política pública debería crear las condiciones para que cada persona amplíe el espacio de sus capacidades, de tal forma que pueda llevar a cabo el tipo de vida que considera valioso.

Para avanzar en esta dirección es indispensable contar con mediciones cuantitativas, que permiten observar la evolución de la desigualdad. La aproximación conceptual de Sen apenas se puede captar de manera imperfecta y una de las aproximaciones es el Gini que, no obstante sus limitaciones, es un instrumento adecuado para determinar la magnitud de la desigualdad. Las cinco aproximaciones permiten observar la distribución desde diferentes ópticas.

El Gini de ingresos laborales es el que usualmente se estima a través de las encuestas de hogares. Es el indicador más conocido. En 2021 el Gini fue de 0,523. Esta medición es limitada porque a través de las encuestas de hogares no es posible conocer la distribución de la riqueza. Los ingresos reportados en las encuestas de hogares son relativamente bajos y, entonces, la desigualdad termina subvalorada. El ingreso promedio mensual de un hogar del decil 10, el más rico, es de $12 millones. Este tipo de hogar sería, por ejemplo, el de una pareja de profesores universitarios. Claramente, no se trata de los hogares más ricos.

Puesto que las encuestas de hogares no captan la riqueza, organismos internacionales, como la Cepal y el Banco Mundial, han propuesto observar la concentración incluyendo medidas de riqueza. Y, precisamente, este es el segundo indicador que se propone en el artículo del plan de desarrollo. Aunque la información se puede obtener a través de las declaraciones de renta en poder de la Dian, el Gini de la concentración de la riqueza no se está publicando. Este Gini es superior al de los ingresos laborales. De acuerdo con las estimaciones de Garay y Espitia, en 2017, el Gini de la concentración del patrimonio de personas naturales fue de 0,6819.

El tercer Gini, que no se está calculando, es el de la concentración de la propiedad inmobiliaria. La fuente de información son los catastros de las ciudades grandes e intermedias. Actualmente, no se sabe cuál el es grado de concentración de la propiedad inmobiliaria.

El cuarto Gini es el de la propiedad agropecuaria. Las estimaciones que se realizaron con la información del Censo Agropecuario de 2014 indican que el Gini podría ser de 0,92. El nivel de concentración es elevadísimo. Pero, de nuevo, este dato apenas se conoce de manera ocasional, y no existe una serie que permita observar su evolución a través del tiempo.

Y el quinto Gini lo debería publicar la Bolsa de Colombia. Se trata de la concentración bursátil, que también es muy alta. Como no se está publicando, no es posible seguir su evolución a lo largo del tiempo. Aunque en el país se habla de la democratización del mercado accionario, en la práctica no ha sucedido así, y todo indica que el nivel de concentración es elevado.

Jorge Iván González

Junio, 2023

Publicado en La República, Bogotá

3 Comentarios

vicente alcala 5 junio, 2023 - 5:42 am

Jorge Iván, si la desigualdad se tratara de las “capacidades básicas” yo pensaría que el Gini de la inteligencia de las personas en Colombia podría ser de 0,2… quizás menor. La naturaleza se nos da al nacer, la historicidad es lo que hacemos de nosotros mismos. Pero lo que hacemos de nosotros mismos depende en gran parte de la familia, de la educación del medio social… de las oportunidades básicas que proporciona el estado-la sociedad… mejor que desigualdades habría que decir inequidades, pero el problema no es de nombres o conceptos sino de realidades dolorosas, injustas y clamorosas por una solidaridad general.

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César Vallejo Mejía 5 junio, 2023 - 5:22 pm

De acuerdo con Vicente. En la línea de Sen es más apropiado hablar de inequidades y enfatizar en la medición de desigualdades en el acceso de las personas a oportunidades de desarrollo personal. Hacer más equitativo este acceso debe ser el objetivo principal de las políticas públicas. Lo anterior no significa que sea inútil hacer mediciones periódicas de los Ginis que mencionas, Jorge Iván. Mil gracias por tus reflexiones y un abrazo,

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Mauricio Cabrera 5 junio, 2023 - 5:50 pm

El artículo de Jorge Ivan y el PND ilustran muy bien las tres dimensiones de la desigualdad social:
Una es la desigualdad en el acceso a los bienes y servicios básicos que es la expresión de la Pobreza; otra es la desigualdad en la distribución del Ingreso que refleja como se reparten los frutos de la actividad económica, y una tercera es la desigualdad en la distribución de la Riqueza, que depende de la acumulación originaria y los procesos de reproducción del capital.
Por eso es importante medir el Gini de las tres dimensiones

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