Nos ha tocado vivir un mundo agitado. Los avances de la ciencia y tecnología suceden atropelladamente. La forma de comunicarnos nos ha cambiado la vida. Una pandemia extrañísima nos ataca de repente, a escala global, mostrándonos lo mejor y lo peor de lo que somos, mientras muchos países se polarizan en ideologías opuestas y son corroídos por la corrupción de un dinero y de una violencia insaciables. Queremos recibir aquí sus reflexiones…
Decíamos ayer que en Colombia se ha dado un paradójico desarrollo social: una clara disminución en desigualdad en el acceso a los bienes y servicios básicos -reflejada en la significativa reducción de la pobreza multidimensional- pero ninguna mejoría en la desigualdad en la distribución del Ingreso -medida por el índice Gini del ingreso-.
Esta realidad suscitaba una pregunta: ¿Por qué no mejora la distribución del ingreso y los más ricos siguen teniendo la misma tajada del pastel, si han mejorado los ingresos de los más pobres? La respuesta es compleja, pero una de las razones es la desigualdad en la distribución de la riqueza que es peor que la del ingreso, y como plata llama plata, los que tienen activos que generan rentas de capital, cada vez van a ser más ricos.
La riqueza mundial en manos de muy pocos
La concentración de la riqueza es un problema mundial. Son múltiples los indicadores que muestran que esta desigualdad es mayor que la del ingreso. Por ejemplo, según los datos de la OECD, mientras que el 10% de las familias más ricas recibía entre el 20% y el 28% del ingreso nacional, al mismo tiempo eran dueñas de cerca del 50% de la riqueza, con la excepción de Suecia, donde solo era el 32%; el caso extremo es el de los Estados Unidos donde acaparan el 76%.
En la cúspide de la pirámide, la situación es todavía más aberrante: según los informes de OXFAM, antes de la pandemia, las 85 personas más ricas tenían más riqueza que el 50% más pobre la población. La situación ha empeorado, pues el 1 % más rico ha acaparado el 64% de la nueva riqueza generada en los últimos dos años. También dicen estos informes que los 10 megamultimillonarios del mundo poseen más riqueza que los 3 100 millones de personas más pobres.
Una fuente poco sospechosa de inclinaciones socialistas, como es el banco suizo Credit Suisse (ahora UBS), publica cada año el Global Wealth Report donde la pirámide de la riqueza mundial muestra una situación de enorme inequidad: 2 800 millones de adultos tienen activos por un valor menor a los 10 000 dólares y, aunque son el 52.5% del total mundial, solo poseen el 1.2% de la riqueza global. En tremendo contraste el 1.1% de la población adulta (59.4 millones) atesoraba el 45.8% de la riqueza mundial.

En América Latina también es peor la distribución de la riqueza que la del ingreso, con coeficientes de Gini hasta un 60% más altos en el caso de la riqueza. De nuevo, Colombia es el subcampeón regional de la desigualdad, solo superado por Brasil.

En Colombia la concentración es mayor
Si en el mundo llueve, en Colombia diluvia: ni siquiera tenemos series estadísticas sobre la evolución de la distribución de la riqueza. Los pocos indicadores que existen, muestran un panorama peor que el del resto del mundo y, como ya se mencionó, peor que nuestros propios índices de concentración del ingreso.
Los datos del Credit Suisse muestran que la pirámide de la riqueza en Colombia es más concentrada. Los adultos que tienen menos de 10 000 dólares de capital, son casi 28 millones (el 76.1%), mientras que 37 000 afortunados (el 0.1%) tienen más de 1 millón de dólares en sus balances.

Son tres las clases de activos que componen la riqueza: propiedad raíz (tierras y construcciones), acciones en empresas y activos financieros (depósitos y bonos). En materia de la propiedad rural, el estudio realizado por el IGAC y la Universidad de los Andes en el 2012, concluía que “la concentración de la tierra en Colombia exhibe una tendencia creciente durante el periodo comprendido entre 2000 y 2009. (…) el Gini de propietarios que pasa de 0.877 en 2000 a 0.886 en 2009”. Con los datos del Censo Nacional Agropecuario de 2015, el Gini de la propiedad de las Unidades de Producción Agropecuaria (UPA) muestra una concentración aún mayor: 90,2
Si un índice de Gini de 90 es escandaloso, más escandalosa aún es la concentración del ahorro financiero donde, según datos de la Superfinanciera, 7 172 propietarios con depósitos superiores a $1 100 millones son el 0.27% del total de clientes, pero son dueños del 64% de las cuentas corrientes; 11 845 (el 0,02% del total) poseen el 62% de los depósitos de ahorro. Como consecuencia, el Gini de la distribución de los depósitos financieros es un asombroso 97% para las cuentas corrientes y 93,1% para los depósitos de ahorro.
Mauricio Cabrera Galvis
Octubre, 2023
Publicado en Revista Cambio