¿Quién de nosotros no ha tenido (o mantiene aún) algún conflicto con alguien más? A todos nos gustaría comprender mejor nuestro conflicto y, sobre todo, saber cómo transformarlo positivamente para ambas partes. Ofrezco una ayuda que tiene en cuenta las “dos caras de la moneda” e invita a sacarle el mayor rendimiento posible.
El conflicto tiene comúnmente un “sabor” peyorativo. Se asimila a dificultad… y quiere evitarse; a veces se confunde con violencia.
En realidad, el conflicto es natural, es normal, es inevitable en la vida y en la historia humanas. Más aún: un pensador notable considera que el desarrollo humano avanza en gran parte mediante la resolución de conflictos. Estos no son malos o negativos en sí mismos. Otra cosa son las formas de enfrentar y manejar los conflictos; estas sí pueden ser perjudiciales, destructivas, dolorosas y hasta violentas, pero también pueden ser creativas, pacíficas, constructivas, amorosas.
Conflicto es toda situación que implica tensión, debida a la oposición entre necesidades, intereses, sentimientos o emociones, deseos, objetivos, motivaciones, maneras de ver o pensar, actitudes, conductas o comportamientos… que son o se consideran incompatibles entre sí y que exigen una forma de actuar y, ojalá, de cooperar.
Antes del conflicto entre personas hay conflictos dentro de la persona y más allá del conflicto entre personas hay conflictos entre grupos y colectividades, a nivel nacional e internacional.
Es muy amplio y complejo el tema de los conflictos. Por eso, me limitaré a tratar el conflicto interpersonal. Más que teorizar sobre los conflictos, ofrezco una guía, un instrumento, que ayude a comprender el conflicto interpersonal y cómo podemos aceptarlo y gerenciarlo.
Es una sencilla tabla, con tres columnas, no definitivas ni exhaustivas, pero que pueden inspirar el propio manejo ante situaciones conflictivas. Las filas sugieren algunos parámetros.
La primera columna invita a conocernos mejor a nosotros mismos, a darnos cuenta de por qué sentimos, pensamos y actuamos como ocurre (nos ayuda a dibujar nuestro propio “mapa mental”).
La segunda columna hace ver que “la otra/el otro” no siente, piensa y actúa igual que cualquiera de nosotros. Esta constatación nos puede ayudar a comprendernos mejor y, en consecuencia, aceptarnos, pero no pasiva sino creativamente, buscando en cada situación-dialéctica una salida.
Esta salida sería la tercera columna que no podemos, desde fuera, concretar cómo puede ser, pero me atrevo a insinuar algunas formas de lograr una “síntesis” ante una “tesis” (1ª columna) y su “antítesis” (2ª columna).
Antes de revisar esta guía o instrumento es importante recordar que en la base de nuestros discursos están, no nuestros argumentos, sino nuestras emociones. Un tipo de emoción permite entender y actuar de una manera determinada, mientras que otra emoción diferente permite comprender y actuar de otra forma. Igualmente, la otra persona no aceptará principalmente argumentos si su emoción no está predispuesta para situarse ante ellos. No afirmo que los argumentos y los razonamientos carecen de valor… Solo digo que en la base de todo lo demás subyacen las emociones y sentimientos.
Las primeras filas, en la tabla que sigue, se refieren a elementos, factores o parámetros más concretos, más familiares, más tangibles. Luego, hay conceptos que pueden ser más técnicos o especializados, pero que se pueden comprender fácilmente, siguiendo la dinámica inicial.
1ª. | 2ª. | 3ª. |
Mis sentimientos | Sentimientos de los otros | Los sentimientos no se discuten |
Mis reacciones | Reacciones ajenas | Dejarlas “sedimentar” |
Mis gustos | Los gustos de otros | Entre gustos no hay disgustos |
Mis preferencias | Otras preferencias | Cada quien prefiere… |
Mis intereses | El interés de otros | Intereses comunes |
Mis preocupaciones | Preocupaciones ajenas | Ocupaciones conjuntas |
Mi subjetividad | Subjetividades de otros | Objetividad (¿…?) |
Mi sinceridad | Sinceridad ajena | La verdad por encima |
Mis necesidades | Necesidades de los demás | Necesidades básicas comunes |
Mis circunstancias | Circunstancias diferentes | Respetar las circunstancias |
Mis condiciones | Condiciones ajenas | Mejorar las condiciones |
Mis derechos | Derechos de los otros | Derechos comunes |
Mis obligaciones | Obligaciones de los demás | Obligaciones compartidas |
Mi familia | Cada familia es como es | Respeto mutuo |
Mi historia | Historia de cada uno | Historia que nos une |
Mi educación | Educación diferente | Educación por mejorar |
Mis puntos de vista | Puntos de vista ajenos | Compararlos y completarlos |
Mi comprensión | Comprensión de otros | Comprensión enriquecida |
Mis ideas | Ideas distintas | Ideas más completas |
Mis creencias | Creencias ajenas | Conversarlas |
Mis convicciones | Otras convicciones | Respetarlas |
El observador que soy | Observadores distintos | Observación superior |
Digo lo que yo digo | Escuchas lo que tú escuchas | Aclaraciones mutuas |
Escucho lo que yo escucho | Dices lo que tú dices | Explicitaciones |
Mi mundo | El mundo de cada uno | El mundo compartido |
Mi universo | Multiverso | Universo que nos cobija |
Mi cosmovisión | Otras cosmovisiones | Dialogar las cosmovisiones |
Mi mapa mental | El mapa mental de otros | Mapa comparado y enriquecido |
Mis horizontes | Otros horizontes | Horizontes ampliados |
Mis paradigmas | Los paradigmas ajenos | Paradigmas comunes |
Mis comportamientos | Comportamiento de los demás | Revisarlos y mejorarlos |
Mi fe | La fe de otros | Pedir el aumento de fe |
Vicente Alcalá C.
Marzo, 2021