El cuidado de los niños en sus primeros años se centra en ayudarles a resolver sus dificultades.
Uno de los propósitos de la educación es asegurar que las nuevas generaciones se apropien de las capacidades que la humanidad ha ido acumulando y generen otras nuevas para enfrentar tanto problemas no resueltos hasta ahora, como los que emergen cada día.
Una de las acepciones del diccionario dice que problema es un “conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún fin”. De acuerdo con esto, puede decirse que para sobrevivir, es indispensable resolver muchos problemas todos los días. En efecto, casi todas las cosas que nos proponemos, desde la alimentación diaria hasta las metas más complicadas, tropiezan con multitud de obstáculos y dificultades que deben ser superadas para avanzar en la vida.
El cuidado de los niños en sus primeros años se centra, en alto grado, en ayudarles a resolver sus dificultades, mientras logran los aprendizajes necesarios para ir ganando su propia autonomía. Aprender a caminar, vestirse, expresarse adecuadamente, montar en bicicleta o usar ciertos instrumentos plantea enormes problemas mientras se adquieren las destrezas necesarias. Es indispensable hacer muchos ensayos y equivocarse repetidamente, hasta que de alguna manera el cuerpo y la mente se van poniendo de acuerdo para entender los movimientos, corregirlos y hacerlos cada vez más naturales. Nadie imagina los problemas que enfrenta en su intenso proceso de formación un gimnasta, una bailarina o un músico y, al verlos actuar, pareciera que todo les resultara fácil.
Otro tanto puede decirse de la cantidad de dificultades que se presentan para comprender el mundo que nos rodea. Entender cómo funcionan las cosas, descifrar el comportamiento de los demás seres humanos, desentrañar los misterios que explican las enfermedades o indagar sobre el futuro a partir de la información que se ha ido recogiendo a lo largo de la historia humana en relación con determinados asuntos de importancia para toda la especie.
La razón de ser de la investigación científica en todas sus modalidades, así como de las grandes transformaciones tecnológicas, es la necesidad constante de resolver problemas de la mejor forma posible. Y ese objetivo lo cumplen tanto el que inventa un sencillo electrodoméstico que facilita el proceso de preparación de los alimentos en una unidad familiar, como los equipos de científicos que se proponen hallar una vacuna contra un virus letal.
En este contexto es lógico que todo el proceso educativo tenga claro que el conocimiento, la ciencia, la tecnología, la capacidad de descifrar situaciones sociales y comprender las relaciones de los seres humanos con el entorno en el que viven, tiene como objeto desarrollar la capacidad de resolver problemas. Para ello, desde muy temprano, los niños deben aprender a identificar situaciones susceptibles de ser modificadas para provecho de todos, discutir acerca de ellas, examinar qué beneficios pueden tener diversas soluciones y, muy importante, anticipar los nuevos problemas que podrían surgir si todo funciona bien.
Es claro, por ejemplo, que la humanidad ha resuelto muchos problemas de salud y la esperanza de vida se ha incrementado rápidamente. Pero la sobrepoblación representa hoy un problema inmensamente mayor que obliga a enfrentar nuevos desafíos no imaginados hace apenas medio siglo. Si no preparamos a las nuevas generaciones para pensar con sensatez sobre hechos y datos, no serán los oradores quienes a fuerza de intuiciones descubran las soluciones a los graves problemas humanos.
Lo que resulta en extremo preocupante es la creciente tendencia a evitarles a los niños y a los jóvenes las dificultades propias de los procesos de formación. Si no aprenden desde el comienzo a enfrentar y resolver sus problemas, incluyendo la tolerancia a la frustración, será muy difícil que adquieran el temple para enfrentar los retos mayores que plantea la complejidad del mundo en que tendrán que vivir.
Francisco Cajiao
Julio, 2023
Publicado en El Tiempo, Bogotá.
2 Comentarios
Pacho: excelente enfoque para canalizar los nuevos procesos de formaciòn desde el jardìn infantil hasta la Universidad. Un curriculum continuo de soluciòn de problemas y difusiòn masiva de las alternativas encontradas. Un abrazo, Silvio Zuuaga
Elemento fundamental en la formación de una conciencia crítica!!